Hace 4 años, Jack (abajo) fue rescatado de un basural para convertirse en uno de los engreídos de esta familia. Para Ítalo, crecer en una familia que siempre ha estado rodeada de animales, ha hecho que les tenga el respeto que merecen desde que era un niño.
Hace 4 años, Jack (abajo) fue rescatado de un basural para convertirse en uno de los engreídos de esta familia. Para Ítalo, crecer en una familia que siempre ha estado rodeada de animales, ha hecho que les tenga el respeto que merecen desde que era un niño.
Andrea Carrión

Era una mañana cualquiera. Ítalo Reátegui caminaba con su familia entre terrenos descampados en San Marcos de la Aguada, en el distrito de Mala, y todo fluía tranquilo. Hasta que algo empezó a moverse en un montículo de basura.

Era un cachorro, de unos 2 meses de edad.

“Estaba recontra descuidado, era evidente que era callejero. Estaba lleno de pulgas, tenía poco pelo por la sarna y estaba muy delgado. Al pobrecito lo encontramos chupando un hueso seco”, recuerda Ítalo de aquella caminata, hace más de 4 años.

Ni la pensaron. Luego de comprobar que no había ni madre, ni dueño que amparara a este perrito, Ítalo, su papá y su mamá se lo llevaron envuelto en una bolsa para protegerse de la sarna.

Jack en sus primeros días con los Reátegui.
Jack en sus primeros días con los Reátegui.

No les importó que en la casa ya estuviera Bobby, un perro peruano adoptado, el engreído de la casa. Y Noa, una perrita que el papá de Ítalo adoptó luego de escuchar a una colega decir que su hijo la usaba como trapeador, al punto de fracturarle la cola.

Tampoco les importó que hubieran conejos, canarios y gatos, entre ellos Monina, una gata que adoptaron luego de que la gata de la dueña de una panadería tuviera crías.

“En mi familia todos somos muy pegados a los animales. Siempre hemos tenido de todo en casa, esto viene desde mi abuelo. Y es que ver a seres tan indefensos en estado de vulnerabilidad... no se nos hace nada fácil ignorarlo. A Jack no podíamos dejarlo ahí solito. Entiendo que muchas veces no está en nuestros presupuestos cuidarlos, pero siempre se puede hacer algo”, comenta Ítalo, estudiante de medicina de 19 años de edad.

Ítalo estudia medicina en Lima y ahora pasa más tiempo lejos de Jack, pero siempre que puede lo visita pues su perro vive con sus abuelos.
Ítalo estudia medicina en Lima y ahora pasa más tiempo lejos de Jack, pero siempre que puede lo visita pues su perro vive con sus abuelos.

Hoy se celebra el Día Internacional de la Familia, una fecha para recordar que y que cuando de ayudar se trata, el amor no discrimina, ni por raza ni por especie ni por nada.

Bajo esta premisa actúa , una asociación sin fines de lucro que desde el 2015 promueve la adopción de perros a través de una que cuenta con una diversidad de perros buscando hogar. Pero paralelamente WUF también trabaja del lado de la prevención fomentando la tenencia responsable de mascotas y ayudando a hacerlo posible con actividades diversas e iniciativas como , que ofrecen información y cuidan el bolsillo.

Ítalo y su familia tienen muy claro que para cuidar de una mascota, no es necesario tener mucho dinero, solo hay que informarse y quererlos bien.

“Siempre va a salir para ellos, las condiciones se dan. La decisión de adoptar o no, no debería de estar condicionada a pensar que no vas a tener para mantenerlo. Esto lo he aprendido de mi abuelo, de mis padres y de mis tíos, ellos siempre nos han inculcado este amor y responsabilidad por los animales”, comenta Ítalo.

Resultado: así como otros, Jack también consiguió un hogar y se encariñó rápido con todos.

“Él se convirtió en el aprendiz de Bobby, lo que no le enseñó su mamá, se lo enseño Bobby”, dice Ítalo.

SEgún Ítalo, la vida es mucho más fácil cuando vivimos en armonía con los animales.
SEgún Ítalo, la vida es mucho más fácil cuando vivimos en armonía con los animales.

Contenido sugerido

Contenido GEC