Antes de ser adoptada, Donna vivió gran parte de sus días en el "Albergue Amor y Rescate", ubicado en San Juan de Miraflores.
Antes de ser adoptada, Donna vivió gran parte de sus días en el "Albergue Amor y Rescate", ubicado en San Juan de Miraflores.
María Alejandra López

Mari M. (68) siempre amó los animales, especialmente a los perros; sin embargo, jamás había tenido la oportunidad de adoptar una mascota hasta que vio un aviso de en el diario El Comercio.

“Casi todos los fines de semana, leo el periódico; y, justo ese fin de semana, se publicó un anuncio con varios perros en adopción. Donna llamó mi atención, porque el aviso decía que tenía 10 años, y pensé que nadie la iba a querer adoptar con esa edad”, confiesa Mari.

"Donna tuvo erliquisosis, una enfermedad que tiende a hacerse crónica. La adopté en septiembre, y ahí mismo inició su tratamiento", explica Mari M.
"Donna tuvo erliquisosis, una enfermedad que tiende a hacerse crónica. La adopté en septiembre, y ahí mismo inició su tratamiento", explica Mari M.

Inmediatamente, se puso en contacto con WUF, e inició los trámites de adopción para traer a Donna a su casa.

“Adoptarla ha sido una satisfacción increíble, ya que ahora puedo darle cariño y dedicación en sus últimos años de vida… Darle el amor que no recibió en las calles”, cuenta.

Un hogar feliz


Donna junto a sus dos hermanos, quienes viven junto a ella en La Molina.
Donna junto a sus dos hermanos, quienes viven junto a ella en La Molina.

Felizmente, Donna se adaptó de inmediato a su nuevo hogar. “Es súper cariñosa y amorosa. Parece que toda la vida le faltó cariño, y que al fin encontró un lugar en donde puede darlo y recibirlo”, dice Mari.

En la casa de su nueva mamá también viven dos perros, a quienes ella considera como sus nietos, ya que son los perros de sus hijos. Hoy estos canes se han convertido en los mejores amigos de Donna.

“Donna ha venido a complementar nuestra familia de tres, y ahora ella es la alfa de la manada. Jamás deja que le quiten su alimento… Realmente creo que la ha tenido difícil en la calle porque sabe sobrevivir”, revela.

Gracias a la paciencia de su mamá adoptiva, hoy Donna sabe hacer sus necesidades en el lugar correcto de la casa.
Gracias a la paciencia de su mamá adoptiva, hoy Donna sabe hacer sus necesidades en el lugar correcto de la casa.

Para Mari M. adoptar a Donna no sólo ha significado darle a un perro mayor la oportunidad de tener una familia, sino también contribuir con una causa más grande.

“Si bien no salgo mucho de casa, cada vez que veo a alguien, le hablo sobre la adopción y el apadrinamiento de mascotas, y recalco: no hay nadie más leal que un perro. Además, en el Perú hay demasiados perros en estado de abandono”, explica.

Gracias a Mari, hoy Donna podrá pasar sus últimos años de vida al lado de una familia, y tener los cuidados necesarios para tener la mejor calidad de vida posible durante su vejez.

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