Cuando las “almas en pena” del jirón Arica fueron noticia de portada en 1917
Ruidos de cadenas y misteriosos quejidos en una vieja finca del jirón Arica fueron reportados por los vecinos, quienes contaron a El Comercio sobre la existencia de “penas”, según nota del decano publicada el 27 de marzo de 1917.
Lima está llena de historias ligadas a lo que se califica como sobrenatural, aunque pocos podrían imaginar que sus truculentos detalles alcanzaran alguna vez el nivel de una noticia de portada. Sin embargo, esto último fue lo que sucedió hace más de un siglo.
Los fantasmas también fueron noticia. La palabra fantasma, debemos recordar, tiene procedencia griega y significa “aparición” o “reflejo”. Historias de “apariciones” en nuestra capital hay millares.
“En pleno siglo XX, y en ciudades como Lima, hay todavía casas en donde ‘penan’, según aseguran personas formales y sensatas”, dice la nota del decano. Con una foto de la casa en cuestión en su portada, la información recogía testimonios sobre la supuesta presencia de espíritus y almas que habitaban la vieja finca.
Pero, ¿en qué consistían estas incidencias extraordinarias? El periodista del diario a cargo de la nota se puso en contacto con los vecinos y obtuvo valiosos datos.
La vetusta vivienda, que se encontraba en estado ruinoso, era propiedad de un ciudadano italiano. Al interior de la casa se encontraba un oscuro sótano “en cuyo suelo terroso y húmedo hay una gran piedra de largas dimensiones y macizo aspecto”, indicaba el relato periodístico.
De las entrañas de aquella piedra sobresalía una gruesa argolla de fierro, que se encontraba fuertemente adherida a una pétrea mesa y ambas estaban unidas por un profundo tornillo.
Según el reporte, los propietarios y distintos inquilinos que han habitado en la casa, pretendieron levantar la piedra tirando de la argolla, pero siempre se toparon con resultados negativos, pues la losa pesaba tanto y suponía tal resistencia, que parecía pegada al suelo.
Es debajo de este sótano, desde donde suelen provenían los extraños ruidos. La creencia de los vecinos radicaba en que esta enorme piedra oculta la puerta de acceso a “otro sótano” que habría estado formado por largas galerías subterráneas.
Los residentes de la “casa embrujada” huyen
La información recogía que todas las personas que quisieron vivir en esta extraña casa del jirón Arica no pudieron permanecer mucho tiempo en ella, debido a lo que percibían como presencias sobrenaturales. Tras abandonar el recinto, los antiguos ocupantes señalaban que “en los ambientes existen espíritus que penan y perturban su tranquilidad”.
El periodista del decano conversó con antiguos inquilinos y todos contaban relatos similares, que otorgaban ciertos rasgos de verosimilitud a sus narraciones.
“En la noche se escuchan quejidos y ruidos extraños y lúgubres, que aterrorizan y ponen los pelos de punta”, decían aquellos que han pernoctado en ella. Se siente también el arrastrar de cadenas pesadas y largas.
Estos ruidos misteriosos provenían en la mayoría de los casos de más abajo del sótano, y algunas personas decían que hasta llegaron a sentir como si alguien empujara la piedra que tiene la argolla.
Estos sonidos solían empezar a medianoche y duraban hasta los albores de la mañana. Sobre el posible origen de los ruidos había razones diversas para intentar explicarlos y los testimonios de antiguos residentes son pródigos en hipótesis. Algunos creen que bajo el sótano hay algún “entierro” y que el alma de algún ser vaga y vagará por la casa.
Otros hablan de un drama de amor y de sangre. Es decir, una mujer, un amante y el asesino cruel que cobró venganza por los engaños de un corazón traidor. El alma del asesino es el que transita por la noche, arrastrando las duras cadenas de su crimen.
Algunos corajudos residentes, intentando descubrir el origen de los ruidos nocturnos, se aventuraron una noche cual “Indiana Jones” para encontrar el origen de los extraños crujidos y gemidos. En la oscuridad siguieron la línea del sonido, pero jamás hallaron nada, al menos nada de este mundo.
Los más escépticos ofrecieron a El Comercio una explicación más terrenal. Era muy posible que se tratara de un gran criadero de ratas. Estos roedores habrían escarbado galerías subterráneas a lo largo de toda la casa. Y la bulla nocturna corresponde a sus correrías, dijeron.
OTRAS HISTORIAS FAMOSAS
La casa Matusita, el mito que se desvanece
Sobre la misteriosa casa Matusita se han escrito “ríos de tinta”. Entre las teorías que explican por qué se le considera un recinto de almas perturbadas se encuentra la historia de un japonés que asesinó a su esposa y a sus hijos y luego se suicidó. El Comercio se refirió a la famosa casa en el 2006.
Durante la entrevista, un antiguo habitante de la extraña residencia trató de desmitificar su pasado como emporio de almas perdidas.
El señor Ladislao contó a Oscar Paz Campuzano, redactor de El Comercio, que la vivienda dejó de ser habitada y se alquiló para un negocio en 1950. Ese año, la abuela y sus hijos –entre ellos la madre de Ladislao– se mudó porque el lugar les traía recuerdos del abuelo, fallecido en 1947.
“En la casa se quedó un guardián que bebía mucho. Los fines de semana, y en las noches, el hombre subía las escaleras arrastrando una cadena. Esos ruidos extraños dieron origen al mito”, cuenta Ladislao, quien no cree en los fantasmas de Matusita.
El jinete perdido de Surco
Es muy conocida una leyenda entre los antiguos habitantes de Santiago de Surco. Allí, hace muchos años se construyó la Base Aérea de Las Palmas, que durante las primeras décadas del siglo XX, estuvo rodeada por extensos viñedos, clásicas plantaciones que se levantaban en la periferia de la Lima de aquellos tiempos.
En las rondas nocturnas que realizaban los jóvenes reclutas de la Fuerza Aérea del Perú, por los alrededores externos a la base, solían divisar a uno o varios jinetes que cruzaban en la oscuridad por los campos de cultivo.
Cuando se le preguntaba a este misterioso personaje quién era y qué estaba haciendo a esas horas. El sujeto respondía con un reconocible dejo chileno que estaba perdido y que quería saber hacia dónde había que cabalgar para llegar a Lima.
Durante la Guerra del Pacífico, el ejército invasor cruzó por lo que ahora son los distritos de San Juan de Miraflores, Barranco, Chorrillos y Santiago de Surco en su afán por tomar la capital.
Como muchos cuentos de fantasmas, penas y apariciones, estos se basan en un hecho real, en donde echan raíces para brotar alimentados por la fantasía y los rumores, consiguiendo, a veces, transformarse en leyendas, como la de la casa Matusita.