El levantamiento de la primera edificación de la Catedral de Lima se remonta al 12 de mayo de 1550. Su presencia es el símbolo de la Iglesia Católica en nuestro país, que llegó con los españoles encabezados por Francisco Pizarro.
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El 6 de enero de 1898, la Plaza de Armas y las calles adyacentes a la Catedral mostraban un ambiente de algarabía, no solo por celebrarse el tradicional Día de los Reyes Magos, sino porque el histórico templo abriría sus puertas tras una necesaria restauración.
Mientras que la policía resguardaba la zona evitando aglomeraciones, tanto en las dos puertas que colindaban con la calle de Santa Apolonia (hoy jirón Lampa), como en la puerta principal, el público esperaba el permiso correspondiente para ocupar un lugar preferencial al interior de la iglesia.
La entrada de los invitados empezó a las 11 de la mañana. Las damas ingresaron por una de las puertas de Santa Apolonia y los caballeros lo hicieron por la otra, mientras que los bomberos de la Compañía Cosmopolita estaban atentos a cualquier percance.
Gracias a las reparaciones ejecutadas “el templo ha ganado en majestad y las espaciosas naves se destacan en toda su amplitud”, señalaba el decano en su portada. La estructura original ya había sufrido los embates de la naturaleza, como en el sismo de 1606, en que sus bóvedas quedaron dañadas. O en 1758, cuando un incendio destruyó la Capilla de los Santos Reyes.
El día de la reapertura, el altar mayor, contemplado desde la puerta, mostraba una hermosa presentación, tanto por lo artístico y elegante de su estructura, como por la cantidad de luces que destellaban en medio de colores rojo y dorado, indicaba El Comercio.
Equidistante de dos grandes cirios, colocados en sus correspondientes candelabros, se hallaba la Cruz Capitular. Las capillas laterales del templo también habían sido embellecidas con adornos apropiados. Para ejecutar estas labores de rehabilitación la Catedral tuvo que ser clausurada en 1893.
A las 12:30 del día el presidente de la República, Nicolás de Piérola, salió por la puerta principal del Palacio de Gobierno y, seguido de varios jefes del Ejército, se dirigió hasta la remozada Catedral, ingresando por la puerta principal.
En la parte central y frente al presbítero tomó asiento el primer mandatario, y junto a él se ubicaron Enrique Riva Agüero, ministro de Relaciones Exteriores; José de la Puente, ministro de Gobierno y Policía; José Antonio de Lavalle y Pardo, ministro de Justicia, Culto, Instrucción y Beneficencia; e Ignacio Rey, ministro de Hacienda.
Los acordes de la música, unidos a la magnificencia de la ceremonia, le dieron a esta un carácter de solemnidad pocas veces visto. El evangelio estuvo a cargo de monseñor Manuel Tovar y fue publicado en tu totalidad por El Comercio, en su edición del 6 de enero de 1898.
Esta no fue la primera vez que la Catedral de Lima estuvo sometida a trabajos de recuperación. En 1621 ya se habían realizado obras de rehabilitación similares.
La imponente Catedral, situada en la Plaza de Armas, ha sido testigo de episodios claves de nuestra historia y de eventos muy significativos. Allí se realizaron los funerales de Santo Toribio de Mogrovejo. Y en 1821 se celebró el Te Deum y la Misa de acción de gracias tras la declaración de la Independencia del Perú.
Como es tradición desde hace muchos años, el 6 de enero de 1999 los tres Reyes Magos llegaron hasta la Plaza de Armas de Lima, convocando la atención de grandes y chicos. Especialmente los niños quedaron maravillados por sus coloridos atuendos y el paso gallardo de sus caballos.
En el papel de los bíblicos personajes estuvieron tres miembros de la Policía Nacional del Perú, quienes recorrieron las calles del Centro de la capital vitoreados por los presentes. Algunos de ellos acercaban a sus hijos para ser cargados o saludados por los vistosos Reyes Magos. Estos arribaron ataviados con vestimentas del Oriente y fueron muy receptivos con el público que se acercó emocionado para admirarlos.
Pero el recorrido de las Reyes Magos tenía un propósito ya predestinado. Fueron enviados para adorar al niño Jesús y entregarle tres ofrendas: oro, incienso y mirra. En la Catedral de Lima, un nacimiento en vivo dispuesto para las fiestas navideñas los aguarda en medio del júbilo popular. Hasta allí llegaron Melchor, Gaspar y Baltasar, quienes de rodillas entregaron sus obsequios al recién nacido.
Luego de haber cumplido su sagrada misión, los Reyes Magos oraron y se retiraron montados en sus corceles. El técnico de primera Alejandro Zegarra Blanco se convirtió por un día en Baltasar. El suboficial de primera Tomás Díaz Vargas interpretó a Melchor. Y Juan Polo Fernández, también oficial de primera, fue el rey mago Gaspar.
Los tres policías se retiraron en medio del calor popular y el entusiasmo de los pequeños. De esta manera había culminado el tradicional recorrido, que fue reinstaurado en 1992, cuando Lima Cuadrada fue declarada Patrimonio Cultural de la Humanidad.
12 de mayo de 1550: Se inician las obras de construcción de la Catedral de Lima.
26 de octubre de 1606: Un fuerte sismo provoca daños en sus bóvedas.
15 de agosto de 1621: Empiezan las primeras obras de restauración.
15 de agosto de 1622: Se coloca el Santísimo Sacramento en la nueva Catedral de Lima.
6 de marzo de 1661: Empieza la demolición de la Sala capitular para edificar la Iglesia del Sagrario, al lado de la Catedral.
17 de junio de 1679: Un sismo daña la Catedral y la Casa Arzobispal.
6 de enero de 1758: Un incendio destruye la Capilla de los Santos Reyes ubicada en su interior.
20 de setiembre de 1822: Se reúnen en la Catedral los nuevos integrantes del Congreso.
2 de marzo de 1823: Misa y Te Deum por el reconocimiento del primer presidente de la Republica, José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete.
27 de julio de 1872: Los cadáveres de Tomás y Silvestre Gutiérrez amanecen colgados de las torres de la Catedral.
3 de febrero de 1881: Sin permiso de la Iglesia, el Ejército chileno utiliza la Catedral para las exequias de sus soldados muertos en San Juan y Miraflores.
6 de enero de 1898: Reapertura de la Catedral de Lima totalmente refaccionada.
28 de mayo de 1921: Recibe el título de Basílica menor.
2 de julio de 1952: Se remueve la estatua de Francisco Pizarro del atrio para colocarla al lado del Palacio de Gobierno.
18 de junio de 1977: Se descubren los restos del conquistador Francisco Pizarro.
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