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En 1962 el curioso paso de un elefante y un camello alborotó las calles limeñas

El 14 de marzo de 1962 los habitantes de Lima, en especial los niños, fueron sorprendidos gratamente por el inusitado peregrinaje de dos cuadrúpedos circenses a través de sus calles, los cuales eran trasladados desde el centro de la capital hacia el zoológico de Barranco, su nuevo hogar.

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El lente del fotógrafo Ricardo Navarro de El Comercio captó el avance del inmenso paquidermo por las calles de nuestra capital. (Foto: GEC Archivo Histórico)
El lente del fotógrafo Ricardo Navarro de El Comercio captó el avance del inmenso paquidermo por las calles de nuestra capital. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Miguel García

Este curioso suceso fue captado por el experimentado lente de nuestro reportero gráfico Ricardo Navarro, en El Porvenir, en horas de la mañana bajo un sol intenso. Un elefante y un camello eran conducidos por las calles de prolongación Huánuco, en dirección al distrito de Barranco. El inmenso paquidermo, que se desplazaba lentamente, fue el que se mostró más nervioso y alterado, pero sin perder el rumbo.

Ambos ejemplares eran parte de un lote adquirido al circo “Tropicana” por la municipalidad barranquina a 150 mil soles de la época. La compra apuntaba a incrementar el número de animales que albergaba el tradicional zoológico de aquel distrito.

Además del paquidermo y el dromedario, se había proyectado trasladar a dos leones, un puma y un oso siberiano, apodado “Chaplin”, que en el circo deleitaba a los pequeños montando bicicleta.

El elefante viajero parece querer tomarse un descanso en la travesía hacia su nuevo hogar. (Foto: GEC Archivo Histórico)
El elefante viajero parece querer tomarse un descanso en la travesía hacia su nuevo hogar. (Foto: GEC Archivo Histórico)

Los niños fueron los primeros que entusiasmados acompañaron durante varias cuadras el paso lento de ambos animales.

Ya en 1959 el mismo circo había entregado al zoológico de Barranco a la famosa elefanta Mary Jumbo, que también se trasladó hasta ese distrito a través de las calles limeñas.

Dos encargados conducen a los inesperados transeúntes por las calles de la capital, ante la sorpresa de los vecinos. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Dos encargados conducen a los inesperados transeúntes por las calles de la capital, ante la sorpresa de los vecinos. (Foto: GEC Archivo Histórico)

Por esos años el “Parque de las Leyendas” (inaugurado en 1964) aún no existía, y los niños y adultos que gustaban ver animales salvajes se dirigían hasta el distrito de Barranco, a la altura del cruce de las avenidas Grau y Paul Harris.

Aquel recinto estaba cerca de una pequeña laguna y cobijaba especies como cóndores, hipopótamos, focas, jaguares y pumas, entre otros animales.

Rodeado de niños, el camello mira hacia el reportero gráfico de El Comercio, algo "incómodo" de ser fotografiado. (Foto: GEC Archivo Histórico)
Rodeado de niños, el camello mira hacia el reportero gráfico de El Comercio, algo "incómodo" de ser fotografiado. (Foto: GEC Archivo Histórico)

En abril de 1964 llegaron al zoológico barranquino dos osos polares, enviados desde California, bautizados como Karl e Hilda. Para seguridad de los asistentes tuvo que construirse un foso más profundo, en donde fueron ubicados.

El 15 de mayo de 1970 este tradicional centro de entretenimiento cerró sus puertas y sus animales fueron enviados a su nueva casa: “El Parque de las Leyendas.

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