Todos sabemos que existen diferentes formas de estrés. Algunos mencionan que el estrés bueno, también llamado , es el que nos pone en situaciones difíciles pero que aporta a nuestro desarrollo personal en general. Por ejemplo, no usar el automóvil y caminar 30 a 40 minutos hasta llegar a nuestra escuela o centro laboral, rompiendo así el sedentarismo, lo cual es positivo.

Existe el estrés que nos genera preocupación cuando escuchamos una noticia fatal que ocurre en algún país lejano, como una catástrofe climática, generando angustia por otros seres humanos en desgracia. Sin embargo, esa ansiedad o angustia suele durar solo segundos.

Por otro lado, está el distrés o “malo”, que nos perturba, maltrata e incomoda, entre otras causas desagradables en el momento. Es el clásico ejemplo de enfrentarse al tráfico y saber que tenemos que soportarlo porque el auto no tiene alas para escapar de ese momento incómodo. Las fiestas de fin de año, las colas en los bancos o instituciones, y los viajes también suelen generar muchas situaciones de ansiedad o estrés no beneficioso. A veces, la Navidad debería ser todo lo contrario, pero así sucede. Existen demasiados temas emocionales en torno a una de las celebraciones más populares en el mundo.

Otra situación de estrés ocurre cuando nuestra salud está delicada y sabemos que una camilla de hospital es un lugar en el que solo nos queda respirar, respirar y guardar el reposo correspondiente hasta estar fuera de peligro y que nuestra salud esté óptima para seguir disfrutando de la vida y el día a día. Ahí es donde entra en juego la rehabilitación respiratoria, siendo los ejercicios respiratorios una pieza clave en el manejo del paciente hospitalizado.

¿Cómo enfrentar situaciones incómodas que nos generan estrés físico y mental?

Aquí algunas recomendaciones:

  • Mantener actividad física constante es ideal para mantener nuestro corazón con adecuadas pulsaciones y evitar respuestas adversas como el aumento de la presión arterial y/o pulsaciones, con la aparición de palpitaciones a veces muy fuertes que nos asustan.
  • Reducir la cantidad de sodio en nuestra dieta diaria es fundamental para mantener una buena salud cardíaca.
  • Practicar la respiración consciente en momentos difíciles nos ayuda a mantener la calma y realizar inspiraciones y espiraciones largas. Esto puede hacerse mientras conducimos, en el trabajo, durante reuniones incómodas, en un avión durante un vuelo turbulento, entre otros momentos, durante 5 a 10 minutos.
  • Mantener una actitud positiva ante cualquier situación adversa. Una sonrisa muchas veces ayuda a aliviar tensiones en momentos críticos, así como una mentalidad positiva.
  • Cuidar el sueño como un tesoro invaluable. El descanso mental es sumamente importante.

Como verán, el día a día nos enfrenta a múltiples situaciones cómodas y otras no tanto. Practicar ejercicios respiratorios a diario nos aliviará mucho cuando necesitemos mantener la calma y una actitud fresca y lúcida ante la adversidad. Prueben realizar respiraciones sostenidas durante 5 minutos al día, ya sea sentados en su oficina, en un sillón, caminando o incluso mientras manejan. Verán los resultados.

Contenido sugerido

Contenido GEC