Enamorarse y sentir amor son parte de crecer. Muchas personas creen que ambos conceptos son sinónimos, ya que si una persona siente amor por su pareja, asume que está enamorada. En la actualidad, se usan estos términos de manera distintiva, pero no aluden a lo mismo en realidad. Según los psicólogos, en las relaciones de pareja que duran una cantidad de tiempo considerable, lo normal es que el enamoramiento vaya desvaneciéndose con el tiempo.
¿Qué es el enamoramiento?
Según el portal Psicología y Mente, el enamoramiento es una experiencia de vinculación emocional con una persona concreta, en la que vivimos un intenso sentimiento de atracción afectivo-sexual. Nuestra atención queda centrada en esa persona mientras está cerca y, mientras no, la imaginamos de manera vívida, donde experimentamos una mezcla de alegría o euforia.
“El enamoramiento no significa que busquemos activamente interactuar con esa persona por la que sentimos una intensa atracción. En muchos casos aparece una ambivalencia afectiva en la que a las ganas de estar con esa persona se le une el miedo al rechazo o a generar una mala imagen; la presión por no alejar a esa persona, postergando constantemente el momento de ‘lanzarse’”, menciona Carolina Marín psicóloga federada por la Federación Española de Asociaciones de Psicoterapeutas (FEAP) a Psicología y Mente.
Asimismo, interactuar con la persona con la que uno se enamora, genera una intensa descarga emocional placentera al que a veces se le añade el miedo. En las primeras etapas de que ese amor no sea correspondido y también la tendencia a pensar mucho en esa persona y en adaptar las rutinas de la otra persona para poder acceder a verla.
¿Por qué ocurre el desenamoramiento en las relaciones de pareja?
La primera etapa del enamoramiento corresponde a darle mucha atención a la imagen que le damos a la otra persona de nosotros mismos, pero ellos podrían dejar de ser útiles conforme pasa el tiempo de relación.
“La pasión con la que las personas enamoradas acometen su vida sexual al convivir juntas puede quedar rebajada cuando, queda claro que “no hay prisa” para nada, porque si esa unión ha durado todo ese tiempo hay muchas probabilidades de que siga perdurando de ahí en adelante, o al menos es poco probable que termine pronto”, destaca Marín.
Todo esto explica por qué la fase de enamoramiento dura menos de un año; se desarrolla aproximadamente desde el inicio de la relación hasta cinco o seis meses después en circunstancias de constante interacción.
Las etapas de las relaciones de pareja
Después de la etapa de relación y de empezar con el enamoramiento, la cual es fugaz, hay diferentes etapas en el desarrollo de las relaciones de pareja, según menciona la psicóloga.
- Atracción y enamoramiento: Enamorarse suele tardar en manifestarse después de notar por primera vez a alguien que nos atrae, pero rara vez lleva más de unos minutos. Para comenzar a formarnos una imagen mitad real, mitad imaginaria de su personalidad, valores, intereses, etc., generalmente es necesario tener solo una comprensión básica de ella. Y de esta imagen idealizada de esa persona, surge el amor y el deseo ardiente de estar con ella.
- Primeras crisis: Las decepciones y decepciones son frecuentes durante este período de transición, cuando las personas se dan cuenta de que sus percepciones idealizadas del otro no coinciden con la realidad. Sin embargo, no tiene por qué significar el final de la relación, y brinda la oportunidad de conocer a una persona compleja y matizada que quizás es más estimulante para conocer en profundidad y que trasciende la percepción “simple” que cada parte tenía del otro durante las etapas iniciales del enamoramiento.
- Amor basado en el compromiso: Tras el enamoramiento surge una experiencia más parecida a lo que solemos pensar como amor: un vínculo afectivo duradero que no se basa tanto en la pasión como en el deseo de crear un proyecto de vida compartido basado en el amor. Poner más énfasis en entenderse genuinamente y ser entendido en la confianza y el apoyo mutuo.
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