Muchas razones e imprevistos pueden dificultar mantener nuestros hábitos y rutinas de ejercicio, ya sea por un viaje, una lesión o simplemente pereza, la falta de actividad física hará que el cuerpo pierda parte de los progresos conseguidos.
Sabemos todos los cambios que podemos obtener cuando hacemos deporte de forma regular, tanto en nuestra salud como en el aspecto físico. Lamentablemente, es más fácil perder este hábito que ganarlo. Pero, ¿te has preguntado qué pasa cuando dejamos de hacer ejercicio? En esta nota te contamos más sobre estas consecuencias para que no vuelvas a dejar por completo tus entrenamientos.
¿Qué sucede con mi cuerpo cuando dejo de hacer ejercicio?
- Pérdida de masa muscular y fuerza. Los músculos gastan energía y si nuestro cuerpo tiene la impresión de que tenemos un volumen muscular innecesario, tenderá a reducir ese “exceso” de masa muscular para ahorrar energía.
- Rigidez muscular. Nuestro cuerpo se adapta a nuestras actividades diarias. Si somos personas sedentarias, los rangos articulares se acortan y generan deficiencias en el trabajo muscular. Lo podemos ver reflejado en distensiones y desgarros.
- Pérdida de coordinación. Efectivamente, los músculos tienen memoria, pero si dejamos de entrenar, la coordinación que ganamos con el tiempo se pierde y puede sufrir lesiones.
- Deterioro del estado de ánimo. Diversos estudios han demostrado que la actividad física aumenta la producción de serotonina, la hormona de la felicidad. Cuando dejas de hacerlo, esta hormona se produce en menor cantidad, por lo cual te sientes deprimido y con poca energía.
¿Cómo se desarrolla el retroceso desde que dejamos de ejercitarnos?
- Dos o tres días sin ejercicio: No notarás grandes cambios en tu musculatura; sin embargo, puede que te canses mucho al hacer actividades sencillas, como caminar de tu casa al trabajo, ir a comprar el pan o incluso limpiando el hogar. Esos días sin actividad física intenta mantener una alimentación saludable. No tiene nada de malo descansar por unos días, hasta podría ser beneficioso.
- Una semana sin ejercicio: Puede que te comiences a sentir un poco más debil de lo normal, pero no es algo tan grave. Si decides volver a entrenar, no notarás ningún cambio significativo.
- Un par de semanas sin ejercicio: Luego de un par de semanas, la rutina desaparece. Tu capacidad cardiaca desaparecerá y lo notarás cuando te cueste mucho subir las escaleras. Cuando entrenes de manera regular nuevamente, el corazón empezará a incrementar su eficiencia.
- Un mes sin ejercicio: Pierdes tu capacidad cardíaca y flexibilidad, así como la masa muscular que habías ganado. Probablemente estés más estresado y no duermas tan bien como antes.
- Meses sin ejercicio: Tu metabolismo estará más lento y perezoso. Es probable que suelas cansarte más rápido de lo normal, tu corazón tendrá que trabajar más y los pulmones no absorberán tanto oxígeno como antes. En este punto te costará mucho volver a la rutina, en caso de que lo hagas, comienza con una actividad ligera y de forma progresiva.
- Un año sin ejercicio: Te has convertido en una persona sedentaria. Es probable que tu porcentaje de grasa corporal haya aumentado, hayas perdido masa muscular y tengas un metabolismo lento. Asimismo, tienes un alto riesgo de padecer enfermedades como: depresión, insomnio, colesterol alto, diabetes tipo 2.
Entonces, ¿por qué evitar dejar de lado la actividad física?
- Tiene consecuencias negativas para el cuerpo y la mente.
- Tu masa muscular disminuye y tu organismo almacena una mayor cantidad de grasa.
- Tu fuerza y tu resistencia disminuyen rápidamente.
- Tus niveles de azúcar en sangre y tu presión sanguínea aumentan.
- Tus niveles de estrés aumentan.
- Los dolores de espalda se hacen más recurrentes.