El último post: Luis Miguel, el italiano
Desde su estreno el 22 de abril pasado, Luis Miguel, la serie ha significado un segundo aire dentro de la prolífica (y misteriosa) carrera del llamado “Sol de México”. Sus canciones vuelven a escucharse y hasta han roto récords en aplicaciones como Spotify. Hemos sido testigos de su trayectoria de niño, de adolescente y de adulto. Lo hemos oído en baladas pop, boleros y mariachis. Sin embargo, hoy hablaremos de una faceta quizá no muy conocida, pero que explica algunos aspectos de su vida.
Con la historia de hoy, y después de casi tres años, concluye también el blog “La Rocola Itañola”. Y lo hacemos con Luis Miguel, el italiano.
“Para mí es muy natural estar sobre el escenario. Es como mi casa, aunque pienso que más, porque en mi casa estoy poco tiempo, ya que siempre estoy viajando en avión”, dice Luis Miguel en estas imágenes de la TV italiana allá por 1985, mientras de fondo se escucha la canción Chiamami (Llámame), la versión en italiano de su éxito Háblame.
Luis Miguel Gallego Basteri nació el 19 de abril de 1970. Su padre fue el español Luis Gallego Sánchez, más conocido como “Luisito Rey”, y su madre, la italiana Marcella Basteri, cuya posterior desaparición afectó tanto a la estrella latina.
Pero esta historia comienza allá por la década de 1940 en Castagnola di Sopra, un pequeño pueblo de la provincia de Massa-Carrara, en la región italiana de Toscana. Sergio Basteri era un joven de portentosa voz y físico tan impresionante que los amigos le llamaban “Tarzán”. Un buen día, Sergio debió dejar su pueblo y partir rumbo a Verona para cumplir con el servicio militar, sin presagiar que la ciudad de Romeo y Julieta cambiaría el curso de su vida.
Un día, Sergio Basteri entró en un bar de Verona, donde quedó prendido de la belleza de Vanda Tarozzo, una joven que estaba esperando a una amiga mesera llamada Fedora. El flechazo entre Sergio y Vanda fue instantáneo, señala la revista Quien.com. Al cabo de algunos meses, la pareja se mudó a la casa de la familia Basteri en Castagnola di Sopra, donde el 10 de diciembre de 1946 nacería la única hija de ambos, Marcella.
En 1946, Italia era un país que necesitaba ser reconstruido. Había apenas acabado la Segunda Guerra Mundial y la crisis económica era muy severa. Muchos italianos se vieron obligados a huir de la pobreza, entre ellos, el joven Sergio Basteri, quien decidió ir a probar suerte a Argentina, dejando en Italia a su mujer, Vanda, y a su pequeña Marcella, de apenas 6 meses de edad.
Sergio no se fue solo. Lo acompañó su cuñado Gianni Degliatorre (el esposo de su hermana Carolina Basteri). La idea era que Sergio y Gianni consiguieran un buen empleo en Argentina para así traer con ellos a sus mujeres e hijos. Vanda Tarozzo y la pequeña Marcella se quedaron a vivir en la casa de los Basteri.
Sin embargo, Vanda no congenió bien con la familia Basteri. Así que un día tomó a su pequeña hija y se fue a vivir con su amiga Fedora, la camarera. En eso, Vanda conoció a un camionero napolitano de nombre Russo Ciro, con quien terminó huyendo a Nápoles, al sur de Italia. Pero se fue sin su hija, a quien dejó sola en un orfanato, con la orden expresa de que no saliera de allí hasta que cumpliera los 10 años de edad.
“Un día supe por mi madre que mi mujer (Vanda) se había fugado con otro hombre y que había abandonado a Marcella en un orfanato”, reveló Sergio Basteri en una entrevista con la revista italiana Gente. “Mi primer impulso fue abandonar Argentina y volver a casa con mi hija, pero en aquellos años el viaje en barco costaba muchísimo dinero y duraba casi un mes. Tuve que esperar a que Marcella tuviera 11 años para reunir el dinero necesario y que ella estuviera conmigo en Buenos Aires”.
Marcella fue una niña sin padres. Su infancia fue de una inmensa tristeza, aunque su abuela Ida y sus tías Adua y Carolina Basteri (esta última se reunió luego en Argentina con su esposo Gianni) solían visitarla en el orfanato. No se supo más de Vanda Tarozzo. Luego de cumplir los 10 años, Marcella pudo salir del orfanato y, al poco tiempo, su padre le pidió reunirse con él en Buenos Aires. Ambos solo se habían visto en fotos.
Fue así como comenzó la vida de Marcella Basteri en Argentina. La niña creció y se volvió una hermosa mujer. Trabajaba como modelo y actriz cuando pasó por su vida un cantante que llevaba en su voz una copa de vino.
Acá tenemos a Luis Gallego Sánchez, “Luisito Rey”, cantando en vivo su mayor éxito en tierras latinoamericanas, Frente a una copa de vino. Otra de sus canciones conocidas fue El loco (recordada en Perú por la parodia que hacía Miguelito Barraza). El español conoció a Marcella cuando se encontraba de gira en Argentina.
Precisamente, muchos años después, Luis Miguel declaró en el programa Ritmo de la noche, de Marcelo Tinelli, que una de las razones de su enamoramiento con Argentina era que sus padres se habían conocido allá. “Mis padres tuvieron su relación amorosa en Argentina antes de casarse, y yo creo que es una de las razones por las cuales le tengo un gran cariño a este país”, dijo Luis Miguel. Los otros dos hijos del matrimonio Gallego-Basteri fueron Alejandro (o Alex) y Sergio (a quien llamaron así por el abuelo italiano).
En una entrevista de 1985 con la revista italiana Gente, Marcella Basteri admitió su inicial desacuerdo con que Luis Miguel fuera cantante. “Sufrí mucho en mi infancia. Mi padre fue un pobre inmigrante. Mi madre me abandonó en un orfanato. Por lo tanto, de pequeña no conocí el afecto de los padres”, recordó ella. “Por eso intenté impedir con todas mis fuerzas que Luis Miguel fuera cantante. Quería tenerlo siempre junto a mí, para darle una infancia tranquila y feliz”. Marcella, en efecto, confesó que tenía otros sueños para el futuro de su hijo.
“Yo me casé con un cantante (Luisito Rey) que me ha llevado continuamente de gira por el mundo. Esta ha sido una vida que me ha creado verdaderos problemas de adaptación y que no me ha permitido tener amigos. Siempre decía: ‘Mi hijo no llevará este tipo de vida. Será médico, abogado… nunca cantante’”.
Un dato curioso es por qué llamaron “Luis Miguel” a su primer hijo. La verdad es que la idea se le ocurrió a Luisito Rey, quien emocionado quiso que el nombre de su primogénito fuera el mismo del de su más grande ídolo: el torero español Luis Miguel Dominguín. “El nombre de mi hijo será como el del torero número uno, porque mi hijo será un número uno”, dijo Luisito Rey. Dicho sea de paso, al igual que Luisito Rey, Luis Miguel Dominguín estuvo también casado con una italiana: la actriz Lucia Bosè. Ambos son los padres del famoso cantante Miguel Bosé.
La complicada relación entre Luisito Rey y Luis Miguel es ya conocida por todos (gracias también a la serie de Netflix). El padre volcó todas sus ambiciones y frustraciones en el hijo, en una carrera que manejó desde que el “Sol” tenía 10 años. El diario digital español El Confidencial asegura que Luisito Rey aplicó a su hijo “una severa disciplina que incluía golpes, castigos y hasta la ingesta de drogas para soportar el duro ritmo de trabajo”. Como dice la siguiente canción, no lo debía tratar así.
Aquí vemos a Luis Miguel con la canción Non mi devi trattar così (No me debes tratar así), la versión en italiano de su éxito No me puedes dejar así, en imágenes de 1984 para el programa Sotto le stelle (Bajo las estrellas) de la TV italiana.
A diferencia de lo visto en Luis Miguel, la serie, la carrera musical del “Sol de México” en Italia no comenzó con una repentina participación en el Festival de San Remo de 1985. Ya un año antes, él se había dado a conocer en otro de los festivales musicales más emblemáticos de Italia, el llamado Un disco per l’estate (Un disco para el verano).
El 30 de junio de 1984, en el municipio de Saint-Vincent (en la región italiana del Valle de Aosta), Luis Miguel subió al escenario para cantar precisamente Non mi devi trattar così. Precedido por su fulgurante éxito en México, él no compitió en el festival, sino que estuvo entre los invitados extranjeros, junto con Amii Stewart, Alphaville, Spandau Ballet y Billy Idol.
Non mi devi trattar così fue también el tema principal de Illusione d’amore, la versión italiana de la telenovela Cara a cara, protagonizada por el argentino Pablo Alarcón y la actriz mexicana Verónica Castro. Aquí la presentación de la telenovela en italiano.
Sin lugar a dudas, 1985 fue el año de Luis Miguel en Italia. Para entonces, la estrella adolescente, que aún no había cumplido los 15 años, ya había conquistado América Latina con temas como Decídete, Isabel y Me gustas tal como eres, este último al lado de la escocesa Sheena Easton.
El 19 de enero de 1985, cuando faltaban pocos días para un viaje que le cambiaría la vida en Italia, Luis Miguel se presentó en el programa Sábado Gigante para interpretar la canción que le daba el título a su más reciente disco.
Ese 1985 Luis Miguel llegó a Italia en la cima de su popularidad gracias a Palabra de honor, una canción compuesta por el español Luis Gómez Escolar (de quien hemos hablado en este blog).
Es así como el 7 y 8 de febrero de 1985, en el Teatro Ariston del balneario italiano de San Remo, Luis Miguel Gallego Basteri, de apenas 14 años, subió al escenario de uno de los concursos musicales más renombrados a nivel mundial. Y lo hizo con la canción Noi, ragazzi di oggi (Nosotros, muchachos de hoy), compuesta por uno de los más prolíficos cantautores que ha dado Italia, Toto Cutugno.
Precisamente, el diario italiano Il Corriere della Sera señala que fue Toto Cutugno quien “descubrió” a Luis Miguel en Italia, e incluso asegura que para participar en San Remo, el “Sol de México” tuvo que aumentarse un año la edad. De hecho, Luis Miguel es hasta ahora el más joven participante solista en la historia del Festival de San Remo. “Mamás y jovencitas enloquecían por él”, recuerda Il Corriere della Sera.
Las imágenes que verán a continuación, ya no están disponibles en YouTube. Esta fue la participación de Luis Miguel en aquel San Remo 1985.
Ustedes seguramente han notado el playback en este video. Esto tiene una explicación. Tal como había ocurrido en las ediciones de 1983 y 1984, en aquel festival de 1985, San Remo volvió a decretar el uso del playback entre los competidores, en una decisión, por decir lo menos, controversial.
Ahora bien, imagínese usted lo que debieron haber sido estas imágenes para la madre italiana de Luis Miguel y para toda la familia materna que vivía en el pequeño pueblo de Castagnola di Sopra. En un artículo para la revista italiana Gente, el abuelo materno de Luis Miguel, Sergio Basteri, contó que mientras él veía por la TV la participación de su nieto en San Remo, su hija Marcella lo llamó por teléfono desde México.
“Fue una cosa bellísima”, dijo el abuelo Sergio. “Llorábamos todos porque inesperadamente, de un rincón al otro del mundo, nuestra familia se estaba reuniendo: Luis (Miguel) en televisión, mi hija en México y nosotros en Castagnola”.
Si bien los ganadores de aquel festival fueron el conocido trío Ricchi e Poveri con el tema Se m’innamoro, Luis Miguel fue la gran revelación de San Remo al ubicarse en el segundo lugar. “Estoy emocionado”, repetía Luis Miguel después de que Pippo Baudo (el animador del festival y uno de los mitos de la TV italiana) anunciara el resultado final. Detrás del escenario, Luis Miguel llegó a decir: “Ahora, justo en este momento, quisiera estar en México, al lado de mi madre”.
De hecho, lo primero que Luis Miguel hizo al irse del Teatro Ariston de San Remo fue llamar por teléfono a su madre y a su abuelo Sergio Basteri. “Creo que ambos (abuelo y nieto) estuvieron llorando juntos un buen rato por la emoción, y no lograron ni hablarse”, recordó Marcella. “Deseaba tanto que mi hijo fuera famoso también en Italia y ahora que lo es, estoy tan contenta por haberme dejado convencer de que le permitiera cantar”.
Con el segundo lugar en San Remo, Luis Miguel logró superar a artistas italianos consagrados como Gigliola Cinquetti (quien era la gran favorita), Peppino di Capri, Matia Bazar, Anna Oxa, Fiordaliso, Zucchero… y también a alguien al que ustedes deben recordar.
Así es. Luis Miguel y Eros Ramazzotti, de entonces 21 años, compitieron en aquel Festival de San Remo. Por eso, la revista italiana TV Sorrisi e Canzoni los presentó juntos en esta portada de abril de 1985, y los llamó “I due ragazzi di oggi” (Los dos muchachos de hoy). La sesión fotográfica se realizó en Milán.
A los dos no solo los unía su participación en San Remo y su éxito en los rankings italianos, sino también su amor por el verano, su gusto por la Coca Cola, su pasión por la natación, así como su admiración por la actriz italiana Ornella Muti, la cantante Barbra Streisand y el genial Charles Chaplin.
Días después del festival, en un artículo titulado “Il ‘piccolo principe’ di Sanremo” (El ‘principito’ de San Remo), la revista Onda TV puso énfasis en la sangre italiana que corre por las venas de Luis Miguel. “Mi madre es una persona muy ligada a su país y yo también amo mucho a Italia”, declaró Luis Miguel. “Cuando mi madre supo que yo iría a San Remo, me dijo: ‘Si vas a Italia, triunfa’”.
Amante confeso del tenis, las computadoras y los videojuegos, el adolescente Luis Miguel manifestó en ese artículo que se emocionó mucho la noche del segundo lugar en San Remo. “De verás no pensé en un resultado así. Para mí, el solo hecho de participar era ya una victoria”, dijo. “No esperaba siquiera un recibimiento así de caluroso y me emocioné porque, como he dicho, me siento italiano. Mi madre está muy orgullosa de mí”.
Al final del artículo, la revista Onda TV informaba que Luis Miguel debía partir rápidamente hacia Sudamérica, donde lo esperaba otro festival musical, aunque esta vez como invitado de honor. Este fue aquel festival.
Acá vemos a Luis Miguel en el Festival de Viña del Mar de 1985, con dos canciones que ya eran “clásicas” dentro de su repertorio: No me puedes dejar así y Decídete. Aquel año su vida transcurrió entre América Latina e Italia. Es por eso que a los pocos meses, Luis Miguel regresó al país europeo para una gira que reafirmaría su popularidad entre las jovencitas italianas, quienes –como dice un sitio web italiano– deliraban con sus movimientos pélvicos y su sensual pronunciación de la letra “R”.
Aquí vemos a Luis Miguel interpretando Noi, ragazzi di oggi, en el programa de concursos Superflash, conducido por Mike Bongiorno (otro de los mitos de la TV italiana). Aquella vez, Bongiorno expresó su sorpresa por la cantidad de jóvenes que habían llegado al estudio y que se habían “amontonado” delante de las puertas del Canal 5 para poder ingresar. “Ahora Luis Miguel se ha vuelto el benjamín de los jóvenes y tiene por delante una gran carrera”, dijo Bongiorno. “Estamos verdaderamente honrados de ser los primeros en presentarlo después de San Remo. Lo hemos hecho venir desde Sudamérica”.
En este video, Luis Miguel aparece con Cristiano Minellono, el letrista de Noi, ragazzi di oggi, una canción que llegó al primer lugar del ranking italiano el 23 de marzo de 1985 y que fue el séptimo disco sencillo más vendido en Italia en aquel año. Un dato curioso de esta presentación en Superflash es que cuando Mike Bongiorno le pregunta a Luis Miguel dónde realmente había nacido, este responde: “En Veracruz, México”. Hoy sabemos que en realidad nació en Puerto Rico.
Aquel nuevo viaje a Italia le deparó una gran sorpresa a Luis Miguel. La celebración de sus 15 años, el 19 de abril de 1985, coincidió con su visita a la ciudad de Milán, donde la revista italiana Tutto: Musica & Spettacolo le organizó una fiesta con 70 de sus pequeños fans, que procedían en su mayoría de la escuela “Milano 3″ y que tenían entre 8 y 15 años.
A la fiesta llegaron también Luisito Rey, el hermano de este (Mario Gallego, el hoy conocido tío “Tito”) y el maestro de inglés de Luis Miguel “que lo seguía por todas partes”. También estuvo presente el productor italiano Claudio Cecchetto, uno de los primeros que intuyó el éxito de Luis Miguel en Italia y el mismo que dos años después crearía el fenómeno mundial de Sabrina con la canción Boys, boys, boys.
La fiesta acabó a las 11 de la noche, pues muchos padres habían ido ya a recoger a sus pequeños. El propio Luis Miguel señaló que debía irse porque si no dormía entre 8 y 10 horas no solía tener fuerzas al día siguiente. Antes de marcharse, Luis Miguel dijo que lamentaba no tener tiempo para pasar más días con su familia italiana. “Mis abuelos me quieren en Massa (Carrara), pero no tengo tiempo”. “¿Con quién estás más agradecido?”, le preguntó la prensa italiana. “Con mi padre”, contestó él. “Es un amigo, la otra parte de mí. Es la faceta de Luis Miguel que la gente no ve: la de los negocios, los contratos, pero es también mi alma. Es el espejo de aquello que quisiera ser cuando sea adulto”.
La popularidad alcanzada por Luis Miguel en Italia le hizo emprender una gira de más de 20 conciertos que comenzó a fines de julio en la ciudad de Novara (Piamonte). En medio de las presentaciones, la revista italiana para adolescentes Ragazza In le preguntó por el voceado romance con la mexicana Lucerito. “Aquí en Italia ha habido cierta agitación, ¿nos quisiera decir la verdad?”, se le preguntó. “La verdad es una sola”, respondió Luis Miguel. “Aún no he encontrado a la muchacha ideal. Debo confesar que lo he intentado, pero por ahora… no ha funcionado. Quién sabe, quizá ella me está esperando en alguna playa italiana”.
Una de las canciones que lo acompañó en aquella gira por Italia fue la siguiente.
Esta es Parola d’onore, la versión en italiano de su tema Palabra de honor. Fue tal el éxito de Luis Miguel en Italia en 1985 que resultó luego una sorpresa su completa desaparición de la escena pública en ese país. De hecho, Luis Miguel no volvió a hacer más conciertos en la tierra de su madre. “Fue un fenómeno repentino que se apagó simplemente porque Italia desapareció de sus proyectos”, apunta el sitio web de sus fans en Italia.
A continuación, un popurrí en la voz de Luis Miguel, con canciones italianas que también sonaron en el Perú como Volare, El corazón es un gitano, Yo que no vivo sin ti, Sabor a salado, entre otros. Aquí puede vérsele con ese estilo “Elvis Presley” que lo caracterizaba por aquellos años.
Si bien Italia desapareció de su radar profesional, años después, en 1991, Luis Miguel sorprendió a su público de la Ciudad de México al cantar un tema en italiano: Strana gelosia (Extraños celos), de autoría de Toto Cutugno, el mismo que había compuesto su éxito de San Remo Noi, ragazzi di oggi. Véanlo y comprueben por qué la sangre italiana corre por sus venas.
La primera vez que Luis Miguel visitó a su familia italiana fue en 1976, según el libro Luis Miguel: la historia, escrito por Javier León Herrera. En aquel primer encuentro ocurrió una anécdota. Dicen que al abuelo Sergio Basteri (a pesar de haber vivido varios años en Argentina) le costó mucho entender el español que hablaban Luis Miguel y su hermano menor Alejandro.
“Era un español con acento andaluz y aisladas influencias latinas”, se cuenta en el libro. “Eso le costó un regaño a Marcella, pues su padre le recriminó que ella no les hablara en italiano a los niños”.
Aquella vez, Luis Miguel y su familia se quedaron nueve meses en Castagnola di Sopra, por lo que “Micky” aprendió rápidamente a hablar en italiano. “Cuando volví a México ya no sabía español y mis amigos me tomaban el pelo”, recordó.
La segunda vez que Luis Miguel estuvo con su abuelo italiano fue cuando tenía 14 años, en 1984, y era ya una estrella en México (este periodo es retratado en la serie de Netflix). Solo se quedó seis días. “Lamentablemente solo lo he visto dos veces”, le dijo entonces el abuelo Sergio a la revista Gente. “Estamos todos orgullosos de tener un nieto tan famoso. Naturalmente, todos en el pueblo saben que Luis Miguel es mi nieto. Ahora me felicitan y muchas jovencitas vienen a buscarme para pedirme sus fotos”.
Según el documental Sigo siendo el rey, Luis Miguel realizó algunas visitas más a su familia italiana en 1989. “En casa de la tía Adua (Adua Basteri, su tía abuela), él comió los ricos platos que le recordaban su infancia”, se dice en el documental.
Pero si hay una persona clave en la vida de Luis Miguel fue indudablemente su madre, Marcella Basteri, a quien la prensa italiana describía así en 1985: “Es una mujer fascinante. Alta, rubia, con los ojos verdes grisáceos. Si no hablase tan bien nuestro idioma, no parecería italiana”.
En una entrevista para la revista Gente, Luis Miguel expresó su tristeza de que su madre no pudiera acompañarlo en las giras. “Cada día telefoneo a mi mamá. Me hace mucha falta. Mis días son de muchos compromisos, pero en la noche, cuando voy a dormir, siempre pienso en ella y me falta su beso de las buenas noches. Quisiera tanto que estuviese cerca de mí ahora”.
Luis Miguel contó que Marcella fue la primera que le habló del Festival de San Remo. “Gracias a ella he crecido en el culto a la belleza italiana. Mamá tiene muchos libros sobre las ciudades más importantes del mundo, y a veces en las noches, cuando yo era pequeño, me tomaba en sus brazos y me los hacía ver contándome muchas cosas bellas”.
En marzo de 1985, mientras Luis Miguel se encontraba de gira en Argentina, el programa Sábados de la bondad, de Canal 9, le preparó una sorpresa: un inesperado reencuentro con su madre, Marcella Basteri, a quien no veía después de tres meses. “Estoy muy emocionado, muy emocionado de poder tener a mi madre junto a mí. No me lo esperaba”, dijo Luis Miguel, justo antes de ofrecer un concierto en el estadio Luna Park.
Este fue aquel emotivo momento (véanlo a partir del minuto 0:43)
Marcella Basteri desapareció en septiembre de 1986. Se la vio por última vez en Madrid. Desde entonces se desatarían una serie de versiones sobre su destino: que fue asesinada por Luisito Rey, que murió a manos de un capo de la mafia italiana, que fue internada en un hospital psiquiátrico, que murió durante un tiroteo en una fiesta en Chihuahua, e incluso hace poco fue confundida con una señora en las calles de Buenos Aires.
Sin embargo, el español Javier León Herrera, quien ha dedicado más de veinte años a investigar la vida de Luis Miguel y quien fue parte del grupo de asesores de la serie de Netflix, ha asegurado que Marcella Basteri falleció por causas no naturales en el último trimestre de 1986 en España.
En el año 2003, en una entrevista en Cancún, el presentador de TV mexicano Adal Ramones le pidió a Luis Miguel que imaginara ser un niño de 7 años que debía escribir una carta a Santa Claus. “¿Cuál sería la primera cosa que le pedirías?”, le preguntó Ramones. “Volver a ver a mi madre”, respondió Luis Miguel. “El regalo de mi vida yo creo que sería ese. Eso me ayudaría mucho, a mi alma, a mi mente, a mi trabajo, a mis cosas, a mí como persona”.
Aquí está aquella parte de la entrevista.
En el año 2008 le volvieron a preguntar por su madre en una entrevista con la cadena Univisión. “¿Has logrado tener algún contacto con ella?”, se le preguntó. “No, desgraciadamente no”, respondió. “Y esa es una de las cosas que más me duelen. Y es uno de los temas que siguen estando allí pendientes. Yo creo que es algo que en su momento podré superar, pero no ha sido posible. Es muy difícil. Una madre siempre será una madre”.
Así que terminemos esta historia con la última vez que se les vio a madre e hijo en público. Fue el 16 de marzo de 1985, en un concierto que Luis Miguel ofreció en Buenos Aires, la ciudad a la que 40 años atrás había llegado su abuelo italiano huyendo de la pobreza, y la ciudad en la que sus padres se conocieron.
Sobre el escenario del estadio Luna Park, y ante la mirada de su madre, Luis Miguel canta Marcela, la canción que Luisito Rey había compuesto para ella.
Hasta pronto y muchas gracias por haber seguido estos tres años “La Rocola Itañola”.
Agradecimientos:
Video 1: Lana Oldingtone / Video 2: Largarife2
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