John Sinclair y Deborah Harvey son una pareja que gusta de coleccionar antiguos objetos arquitectónicos. Cuando compraron un granero a las afueras de Kent, en el Reino Unido, le encargaron al equipo de Liddicoat & Goldhill la remodelación.
La construcción, hecha en el siglo XVIII, estaba en muy malas condiciones, por lo que se hizo un trabajo de reconstrucción previo. La idea era mantener la esencia campestre del espacio, pero a su vez darle un toque moderno para convertirla en una casa acogedora. La madera fue el principal material utilizado.
El interior del granero es espacioso y luminoso, pues las puertas originales fueron reemplazadas por enormes ventanas. Se construyó también un segundo piso para hacer reuniones y se implementó un mini departamento para acoger a las visitas.
En el proceso de remodelación se utilizaron parte de las piezas coleccionadas por la pareja. Uno de los requerimientos fue que la casa fuera amigable con el ambiente, por lo que se integraron luces de bajo consumo y fuentes propias de energía.