Cuántas veces se ha encontrado frente a una puerta vieja y se ha preguntado ¿y ahora, qué hago con ella? Piense dos veces antes de tirarla o regalarla, pues las posibilidades de convertirla en un mueble atractivo y utilitario son muchas. Basta un buen lijado y una mano de pintura para crear una pieza única. Si la puerta es de madera, se le puede sacar provecho a la textura y a las vetas que suelen transmitir una sensación de vejez y antigüedad.
La diseñadora Jessie D'Angelo opina que a la hora de crear mesas y escritorios con puertas, la madera brinda una amplia gama de posibilidades. “Mi primer escritorio lo armé con dos puertas contraplacadas y cuatro caballetes de madera”, señala.
Una puerta desgastada también se puede convertir en una curiosa cabecera de cama. Solo recuerde que la elección del material, color y modelo de la puerta debe ir acorde con la decoración de la habitación.
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