Cuando el arquitecto ucraniano Ivan Yunakov tuvo el encargo de diseñar un departamento de 35 m2 y de 4 m de alto, pensó en dar vida a áreas sociales compartidas y a una pequeña mezzanine que albergara el dormitorio. Fue así como esta pequeña casa se extendió a 48 m2 al integrar un segundo nivel.
La primera planta es cómoda y funcional, y un muro vestido con ladrillos expuestos otorga un aire industrial al lugar. El espacio está dividido por una isla que separa visualmente la zona de estar de la cocina, y que funciona como mueble de almacenaje y mesa de comedor a la vez.
Un sofá de tres cuerpos es el blanco de las miradas, gracias a su intenso tono turquesa. Está enfrentado a una repisa baja que funciona como centro de entretenimiento, y se extiende hasta un extremo de la sala para configurar el librero.
Los reposteros altos y bajos de la cocina brillan por su calidez. Están hechos de madera clara y poseen un diseño lineal, que permite mantener ocultos todos los utensilios y dar paso a una máxima limpieza visual.
A través de una delgada escalera de metal se accede al segundo nivel, donde solo una cama a ras del suelo y un clóset empotrado a la pared componen el dormitorio. Este lugar mide 1,80 m de alto y tiene un muro de ladrillo que amarra su estilo a la estética del primer nivel.