:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/LJH3C3NYTFFJVJXLKLDJG3PVUY.jpg)
:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/LJH3C3NYTFFJVJXLKLDJG3PVUY.jpg)
1 / 6 La casa no tenía ventanas ni puertas. Fueron hechas a medida según el diseño de la dueña. (Foto: El Comercio)
2 / 6 Bastó con aplicar pintura blanca con soplete y cambiar las perillas de estos aparadores para tener unas alacenas distintas. La mesa es un regalo de la familia y las sillas fueron compradas en anticuarios. (Foto: El Comercio)
3 / 6 Todos los muebles antiguos encontraron nueva vida gracias al tapizado. La dueña siempre elige los colores vibrantes, los estampados y las telas con texturas. (Foto: El Comercio)
4 / 6 La lámpara de techo estaba vieja y oxidada, casi inservible, la dueña la mandó a pintar con sus colores predilectos. El piso original de la casa es de pino oregón. (Foto: El Comercio)
5 / 6 Los floreros de Jonathan Adler también se convirtieron en objetos de deseo. Los combina en diferentes tamaños para jugar con la altura. El cuadro es de Flavia Meléndez. (Foto: El Comercio)
6 / 6 Para mantener en buen estado la cabecera de esterilla se le debe aplicar aceite de linaza. (Foto: El Comercio)
:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/LJH3C3NYTFFJVJXLKLDJG3PVUY.jpg)
:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/XYJJ6OXM25AEFP2GS6FKG5RDOM.jpg)
:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/3DTE4K3HNBHIHHVNNMFSDIRELM.jpg)
:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/WPJJ2DBKMFFMXNMI7JMVUV3CNI.jpg)
:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/5RR4AIRS7JBI5LBBU3M4VDXT5Y.jpg)
:quality(75)/arc-anglerfish-arc2-prod-elcomercio.s3.amazonaws.com/public/YNB2BC3ETNBNNDH73EVWCPATUE.jpg)
En esta casa barranquina no hay espacio para la reflexión mecánica en materia de decoración. Las piezas antiguas, sin querer, crean un ambiente cálido y hogareño.
Asimismo, los pequeños rincones formados por butacas y mesas de centro cumplen funciones de sala de estar. Cada espacio refleja el fuerte interés de la dueña por el arte.
El piso original de la casa es de pino oregón. En varios de los ambientes destacan los floreros de Jonathan Adler, los cuales se convirtieron en objetos del deseo.
¿Quieres conocer más detalles de esta casa? Solo recorre la galería de esta nota.
