La finalidad del slow home es crear espacios que transmitan calma y tranquilidad a los habitantes de estos hogares que procuran el equilibrio. Más que una tendencia, el Slow es un movimiento que abarca muchos aspectos de la vida, incluyendo la decoración y arquitectura. "Una casa slow tiene como objetivo lograr ambientes para sentirse bien por dentro y por fuera", destaca la arquitecta española Aida Delgado, bloguera de Es Slow.
Los arquitectos estadounidenses John Brown, Matthew North y Carina Van Olm empezaron a impulsar este tipo de viviendas en el 2006, como respuesta a las prácticas de diseño en la industria de la vivienda masiva.
¿Cómo conseguirlo?
Lo básico en una casa slow es emplear tonos neutros y no atiborrar los ambientes con accesorios, para así disfrutar de cada pieza al máximo. Víctor Vergés, arquitecto del estudio español Slow Home, indica que priorizan los materiales naturales, como la madera, piedra, cerámica y mármol, "para que los espacios no afecten y sean solo de confort".
Esta tendencia apuesta por el uso de materiales ecológicos. Mirtha Fernández, interiorista peruana de Slow Design, explica que prioriza el uso de pinturas ecoamigables y muebles de madera certificada, bambú o reutilizada; incluso muebles con cartón kraft, que tiene gran resistencia al peso.
El poder de los detalles
Las plantas son básicas en interiores porque simbolizan lo saludable y aportan calidez. También son fundamentales las piezas con valor sentimental, porque hacen que el espacio se sienta más acogedor. Lo primordial es la libre circulación y el orden, por eso incluye piezas de almacenaje que oculten los objetos.
Si hablamos de la arquitectura, Delgado sostiene que el slow home busca estancias que se mimeticen con su entorno y "que permitan una buena ventilación y el paso adecuado de la luz solar, porque la clave es aprovechar las fuentes naturales".
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El dato
La filosofía slow nació en la década de los ochenta a raíz de la inauguración de restaurantes de comida rápida en Europa. Es así que a manera de protesta se organiza el movimiento slow food y cittaslow. Luego se expande a otras iniciativas como slow design, slow fashion, slow life y finalmente se traslada a la arquitectura y el interiorismo, como slow home. Estas viviendas tienen un enfoque amigable con el medio ambiente.