Cuando el invierno llega, los residentes de las ciudades buscan distintas formas de divertirse como armar hombres de nieve, hacer ángeles en sus jardines o construir iglús.
La imagen que tenemos de un iglú es de grandes piezas de hielo blancas y sin gracia. Pero Brigid Burton decidió darle un toque único con bloques llenos de color creando un refugio invernal divertido y fuera de lo común.
Con la idea de “mantener ocupado” al novio de su hija que la visitaría durante el invierno, ella congeló bloques de agua con colorante dentro de cartones de leche y se los dio para ver qué podía hacer con ellos. Luego de cinco días de trabajo, Brigid descubrió que tenía un curioso iglú en su patio trasero.