Los cubos de plástico y las piezas de Lego son la mejor herramienta para incentivar la creatividad de niños y adultos además de motivarlos a construir lo que salga de su imaginación. Pero hay un material que puede convertir todo lo que imagines en algo más dulce.
Los escultores Brendan Jamison y Mark Revels encontraron en los terrones de azúcar el mejor elemento para crear un mundo de fantasía. Usando estos pequeños cubos, ellos son capaces de hacer réplicas de edificios famosos, crear laberintos, castillos y cientos de cosas más.
Su proyecto nació en octubre del año pasado en Belfast donde, junto a la comunidad, realizaron diversos tipos de construcciones hasta enero de este año con más de 500 mil terrones de azúcar. Participaron niños y adultos de todas las edades para crear la Sugar Metropolis.
Esto demuestra que no hay límites para nuestro ingenio y que cada pequeña cosa que nos rodea puede terminar siendo usada de mil maneras diferentes.