La importancia del reciclaje es ampliamente conocida y cada vez es más practicado en todo el mundo. Hay quienes lo hacen a pequeña escala dentro de sus hogares mientras que otros, como el artista húngaro Endre Koronczi, lo llevan a un nivel más amplio.
Koronczi diseñó una instalación a partir de una loca idea: transformar las bolsas plásticas tan dañinas para el ambiente en parte de este. Para eso, armó una pared de 20 metros con más de 250 bolsas a orillas del río Danubio en Budapest.
Cuando el viento sopla, las bolsas se llenan y parecen mecerse lentamente logrando esa interacción tan buscada por Koronczi entre naturaleza y residuos. Al caer el sol, los colores de las bolsas se intensifican creando un efecto único al ser atravesadas por los últimos rayos de luz.
Si bien este proyecto es netamente artístico, también nos puede hacer reflexionar sobre el excesivo consumo que hacemos a diario de bolsas, botellas, papeles y más. Muchos de estos residuos pueden reutilizarse y así pondremos nuestro granito de arena en la conservación del planeta.