Uno de los últimos trabajos del diseñador japonés Keita Susuki es esta silla a la que llamó Tear Drop Chair. La palabra “tear” o lágrima de su nombre tiene un significado importante no solo porque se inspiró en su forma al momento de crear sino porque la llenó con 64 litros de agua, cantidad de lágrimas estimada que los seres humanos derramamos durante nuestra vida.
Muy pocas veces podemos sentarnos sobre el agua. La idea era que este mueble permita hacerlo usando una cubierta de vinil muy delgada y suave al tacto como si en realidad estuviéramos tocando una lágrima.
Detrás de este concepto también se esconde uno de cuidado de la naturaleza al buscar un diseño de silla que no termine dañando el jardín si se coloca al aire libre pues Susuki siempre busca que sus productos no causen daño al ambiente.