Sergio Peña ha podido ser influencer de Youtube, pero no influencia determinante en la zona ofensiva de Perú. Es cuestión de tiempo o cuestión de gol. Tal vez de carisma. Que al mediocampista de 28 años le hayan asignado en la selección peruana la ‘10′, el número asociado culturalmente al jugador de más talento en la cancha, levantó una ola de cuestionamientos e indignaciones comparables a cuando Ricardo Gareca eligió al chonguero de Christian Cueva en lugar de un embajador de los buenos modales como Cristian Benavente. Aquél entonces, el folclore de esa rara avis de sociedad que somos se imponía a los cánones de lo correcto.
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¿Qué culpa tenía Cuevita aquél 2015 y cuánta tiene hoy el ‘ocho’ del Malmö FF?
Puede que la elección se sustente en la vigencia de un modelo en declive. Frente a la sequía de nuevas figuras y la imposibilidad de forjar con paciencia mejores prototipos, Jorge Fossati se vio obligado a cálculos agresivos para decidir a quién proteger primero: al embrión de desfachatez que supone sea (será) Piero Quispe o a un curtido pasador de pelotas como Sergio Peña.
Este último, acostumbrado a la críticas y a la pila de reproches muchas veces sin razón, puede que resulte más un fusible que una postura por convencimiento. Si de por sí Quispe ya tiene la presión absoluta de asumir las funciones de quien en vida (futbolera) fue Christian Cueva, darle la diez hubiera sido certificar su defunción en el intento de convertirse en el gran protagonista que todos queremos. Es decir, que la mochila mejor la cargue el sobrino de Paolo Guerrero. Alguien que a los diez años aprendió a lidiar con la adversidad gracias a la pelota, cuando debió superar una pleuritis (agua en los pulmones) y días después de padecer internado se fue a jugar un campeonato.
A Peña le toca ser el kamikaze a favor de un fin mayor. Puede que sea una teoría, pero también el plan perfecto.
- Partidos y goles de Peña en la selección peruana
Año | Partidos | Goles |
---|---|---|
2017 | 4 | 0 |
2018 | 5 | 0 |
2020 | 1 | 0 |
2021 | 12 | 3 |
2022 | 7 | 0 |
2023 | 1 | 0 |
2024 | 3 | 1 |
En la cancha Peña puede hacer lo mismo que Quispe, pero no lo hace tanto. El problema para el excapitán de la selección de Daniel Ahmed en los Bolivarianos 2013 se agudiza porque padece de un ingrediente vital para ser postulado a héroe: simpatía con el aficionado. Peña, eso sí, a diferencia del volante de Pumas, tiene remate de larga distancia y un portento físico desarrollado. Aunque como Quispe, tampoco es un asistidor nato.
Pase y desmarque es lo que, a grandes rasgos, el antes mediocampista ofensivo y hoy mediocentro, también puede ofrecerle al esquema de Fossati, además de buena voluntad para la recuperación. El detalle es que en ninguno de los roles con la Blanquirroja despierta ilusión ni asombro, al menos no eventualmente frente a rivales empoderados como los que encontraremos en la Copa América y en las Eliminatorias. Si la idea es que brille, habrá que enlistarnos en la Concacaf. Su presencia con la ‘diez’, es cierto, se argumenta en la mediana experiencia en el puesto y su sólida relación con el grupo.
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Pero también invita a cuestionar la situación sentimental de nuestras ambiciones.
Parido futbolísticamente en Alianza Lima, a Peña le ha costado mucho sacrificio ganarse un lugar en el Malmö FF de la Primera División de Suecia, donde además de titular ha sido capitán y figura. Tanto que en un reciente reporte del prestigioso CIES Football Observatory, el peruano fue incluido entre los mejores del mundo en su puesto, junto a figuras de renombre mundial como Toni Kroos, Granit Xhaka y Frankie de Jong.
Excluido de la lista final a Rusia 2018, Peña aprendió pronto que las decisiones se asumen con entereza. En la segunda etapa de Gareca tendría su revancha con un gol en el triunfo ante Colombia por la Copa América 2021 y con anotaciones decisivas en las Eliminatorias del mismo año frente a Chile y Bolivia. Sin embargo, el exjugador del Tondela de Portugal y el Emmen de Países Bajos padece el mismo síndrome que Johan Fano en su partido máximo ante Argentina en el estadio Monumental: de su gol, pese a lo celebrado que fue, nadie se acuerda. La descomunal corrida de Juan Manuel Vargas lo opaca todo.
Algo hace bien al otro lado del océano el chico que creció teniendo de ídolo a Juan Román Riquelme y Andrés Iniesta, y aunque que en Videna lo entienden así, no hallan la forma de visibilizarlo en el imaginario de los hinchas desde San Juan de Lurigancho hasta Carabayllo. El peruano de a pie no lo palpa como la figura idónea para una camiseta que antes llevaron Jefferson Farfán, el ‘Chorri’ Palacios y años más atrás eminencias como Julio César Uribe y Teófilo Cubillas. La camiseta pesa mucho.
Sí es su responsabilidad hacerle frente a un dilema sentimental del que se sabe lejos de ser un contrincante con posibilidades. Por eso tras el deslucido empate contra Paraguay (0-0), Sergio aprovechó la conferencia de prensa para reiterar su deseo de ver nuevamente operativo a ‘Aladino’. Peña tiene la pausa pero no el ritmo ni la alegría que el huamanchucano resumía tan bien en el juego. Tampoco el protagonismo de un diez mundialista como Jefferson Farfán.
El triunfo de 1-0 ante El Salvador fue peor que una derrota. El talento ornamental de Quispe y la frigidez de Peña para asumir las riendas obligaron a un truco nefasto por parte del técnico: hacer calentar a Cueva. Maquiavélico, el uruguayo midió la temperatura del partido y amagó con lanzar al ruedo al ‘Genio’ dormido.
Los cánticos de la tribuna pidiendo el ingreso de Cueva cumplieron su objetivo. Sin jugar un solo minuto, ‘Aladino’ ha sido incluido entre los 26 jugadores que disputarán la Copa América. Quizá, si en el Nacional coreaban a Cueto, el DT convocaba al ‘Poeta’. Fossati intentó con Sergio Peña, sigue intentando con Piero Quispe. Que uno de los dos haga olvidar a Christian Cueva es cuestión de tiempo o tal vez de carisma. Lo cierto es que finalmente la ‘10′ ha vuelto a la espalda de un ‘Aladino’ cuyo último registro de juego data de hace ocho meses.
Por eso, esta selección no juega, extraña.