Actualmente, coexisten 15 regímenes laborales, 102 escalas remunerativas y más de 400 formas de pago.  (Foto: Archivo)
Actualmente, coexisten 15 regímenes laborales, 102 escalas remunerativas y más de 400 formas de pago. (Foto: Archivo)
Redacción EC

A un día de llevarse a cabo la sesión del pleno del Congreso en la que se discutirá la vacancia del presidente de la República, no sé si tenga importancia escribir sobre temas laborales o afines. Sin embargo, y revisando la actuación de los poderes del Estado durante el año que termina, no tengo claro si en el Perú los temas laborales son realmente importantes y le interesen a alguien.

En el colegio y en la universidad nos enseñan que, al amparo de lo establecido por el artículo 102 de la Constitución, la principal función del Poder Legislativo es dar leyes, así como interpretarlas, modificarlas y derogarlas. Siendo ello así, me pregunto cuántas leyes de índole laboral han sido emitidas en los últimos 18 meses. La respuesta es ninguna. La Comisión de Trabajo se ha pasado sin quórum en gran parte de sus sesiones y no ha aprobado ninguna norma para promover la contratación formal de trabajadores y enfrentar la informalidad laboral, como principal problema del mercado peruano. No terminan de analizar la ley para el incentivo de la contratación de jóvenes, ni la ley que busca el fortalecimiento de la Sunafil, a pesar de que su discurso es la falta de trabajo para los jóvenes y la debilidad de la autoridad inspectiva de trabajo.

El Poder Ejecutivo ha realizado dos solicitudes de facultades delegadas y en ninguna de ellas ha incluido temas laborales.

No obstante, en la primera oportunidad se emitieron varias normas de simplificación administrativa para dinamizar la contratación de los trabajadores, como fue la eliminación de la obligación de presentar los contratos de trabajo a plazo fijo ante la autoridad administrativa de Trabajo. Dicha medida fue derogada por el Congreso sin ningún sustento técnico, solo meramente por una razón política.

El Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo ha revisado el sistema inspectivo y ha buscado limitar la figura del arbitraje potestativo que tanto daño le viene haciendo a la negociación colectiva directa, pero lamentablemente a través de decretos supremos no
se puede hacer mucho.

El Consejo Nacional del Trabajo no funciona hace casi un año por el retiro de la CGTP y de la CUT. Sin embargo, cuando el Ministerio
de Trabajo emite alguna disposición legal o propone un cambio normativo, señalan que no ha sido planteado en el pleno de dicho fórum. No es concebible que la actuación de un órgano tan importante se encuentre en manos de un par de centrales sindicales.

Es necesaria una reforma. El Poder Judicial sigue en la misma línea de hacer más onerosas las relaciones de trabajo, reconociendo, a través de sus pronunciamientos e interpretaciones, nuevos derechos laborales, los cuales solo benefi cian a menos del 30% de la PEA, desincentivando la formalidad laboral.

Estamos ad portas de terminar el 2017 y no vemos que los temas laborales sean prioridad para nuestras autoridades. Al parecer, mantener el actual statu quo les conviene a muchos actores del mercado laboral peruano.

Feliz 2018.

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