María Rosa Villalobos

Seis meses, más o menos, se ha demorado la nueva gestión municipal en reactivar la feria ecológica de Barranco. ¿Un plazo considerable teniendo en cuenta el cambio de administración? Que sean los vecinos del distrito y asiduos visitantes de la feria los que califiquen el accionar de la alcaldía, que esta semana celebró en redes sociales que alberga nada más y nada menos, que al mejor restaurante del mundo. Central, de Virgilio Martínez, pasó del puesto 2 a liderar la lista de los afamados ‘The World’s 50 Best Restaurants’, y con esto, impulsó la llegada de nuevos restaurantes limeños que este año acumulan la mayor cantidad de nominaciones para nuestro país.

Esto, sin duda, generará una dinamización importante del turismo gastronómico peruano, y en consecuencia, se generará también bastante más tráfico vehicular y peatonal en el distrito barranquino, que tiene también como vecino a Kjolle, el puesto 28 de la lista. La pregunta cae de madura: ¿está preparado este distrito para recibir a los ‘foodies’ mundiales? Valdría la pena ponernos a pensar en ello, porque el turista promedio que se acerque a nuestro país para probar el mejor restaurante del mundo debería poder disfrutar –por qué no- de un helado en Blu, del desayuno de Demo o de un picarón cerca al Puente de los Suspiros. Así también, para aprovechar al máximo el viaje, podría pasar por Mayta, caer de pasada en El Pan de Chola en La Mar, y visitar Maido y Rafael, también en Miraflores.

En resumidas cuentas, pasada la algarabía y la alegría que significa ser la Central gastronómica del mundo, es momento de preparar sobre todo a Lima para recibir a más turistas. Temas como la seguridad ciudadana, la habilitación de estacionamientos y sobre todo, el uso de espacios públicos para poner también en valor a Lima como ciudad se vuelven vitales para seguir los ejemplos mundiales como son España e Italia.

El sector turismo, como se ha repetido una y otra vez, necesita a gritos continuar sin interrupciones su proceso de reactivación, y esta movida gastronómica no pasará desapercibida. Tenemos una gran oportunidad para dimensionar lo que este premio significa y preparar de manera consciente y dedicada lo que sea necesario para trasladar la experiencia de nuestra cocina a nuestras calles. Y es que, con un plan sin mucha ambición, pero bien pensado y consensuado entre los distintos actores, ciertos puntos turísticos y estratégicos de nuestra capital podrían potenciarse aún más. Las autoridades que albergan los 4 restaurantes peruanos que se encuentran en la lista este año están a tiempo de poner manos a la obra.

María Rosa Villalobos Editora de Economía y Día 1