Paola Bustamante

Como es por todos conocido, la pandemia trajo consigo el cierre de los establecimientos del primer nivel de atención y, por lo tanto, las tasas de cobertura de las vacunas administradas en niños menores de un año disminuyeron considerablemente. A casi tres años del inicio de la pandemia, es necesario analizar qué ha ocurrido hasta ahora.

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VACUNA PREVALENTE

Es una vacuna combinada que protege de cinco enfermedades: difteria, tosferina, tétanos, hepatitis B y haemophilus influenza tipo B. Se administra en tres dosis, a los 2, 4 y 6 meses de edad. Durante el 2018, la cobertura nacional fue del 96,6%; para el 2020, la vacunación cae en 14 puntos porcentuales (p. p.), llegando a una cobertura de solo 72%. Si bien para el 2022 la cobertura se incrementó en 10 p. p., llegando al 82%, aún estamos lejos de la cobertura pre pandemia. Sin embargo, es importante reconocer que los gobiernos regionales a través de la prioridad que le asignaron a la primera infancia durante sus gestiones han revertido la situación ocasionada por la pandemia. Es el caso de Apurímac, Piura, Cajamarca, La Libertad, San Martín y Madre de Dios, que superaron el promedio nacional con coberturas mayores al 90%. Por el contrario, Puno, Arequipa, Lima y Loreto, tienen coberturas de alrededor del 70%, estando la cifra aún por debajo de la prepandemia.

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VACUNA ANTIPOLIOMIELITIS

Previene de la polio y se administra en conjunto con la vacuna pentavalente a los 2, 4 y 6 meses de edad. Durante el 2018 la cobertura nacional fue de 95,6%, y para el 2020 la cobertura cayó en 24 p. p., llegando a 71,4%. Si bien para el 2022 se ha recuperado la cobertura en 10 p. p., esta solo llegó al 81,6%, colocandose todavía por debajo de la cobertura prepandemia. De igual forma, se ha identificado a los gobiernos regionales que han logrado superar el 90% de cobertura, entre los que destacan Apurímac, Loreto, Madre de Dios, La Libertad, Piura, San Martín y Cajamarca. Lamentablemente los gobiernos regionales que se encuentran con una cobertura entre el 70% y 79% se han incrementado. En este grupo están Arequipa, Cusco, Huancavelica, Lambayeque, Lima, Loreto, Puno, Tacna, Tumbes y Ucayali.

VACUNA CONTRA EL ROTAVIRUS

Protege contra las diarreas que pueden llevar a la deshidratación grave (pérdida de líquidos corporales). Si la deshidratación no se trata, puede ser mortal. Esta vacuna se administra a los dos y cuatro meses de edad. La cobertura de vacunación al 2018 alcanzó el 98,9%. Sin embargo, para el 2020 la caída llegó a 75,6%, y para el 2022, se incrementó la cobertura al 83,4%. Siguiendo el mismo patrón que las otras vacunas, no se recupera la cobertura prepandemia. Los departamentos que han recuperado su cobertura al 90% o más en el 2022 son Apurímac, Cajamarca, Huánuco, La Libertad, Piura, Pasco y San Martín. El caso de Loreto es alarmante, ya que la cobertura solo llega al 67%, y en el caso de Puno, Lima y Huancavelica, la cobertura es de 75%. Arequipa registra un 77% de cobertura.

Pero si las vacunas son tan importantes, ¿por qué no se logra incrementar rápidamente la cobertura a escala nacional? Las causas pueden ser distintas, por lo que es clave analizar la cadena de suministro hasta la prestación del servicio.

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En cuanto a la oferta, se debe garantizar la distribución de las vacunas a escala nacional. En el 2021 se observó una distribución acumulada menor a la de años previos, excepto en la vacuna pentavalente, por lo que se requiere garantizar que exista stock en cada uno de los establecimientos de salud de primer nivel en el país.

Asimismo, en cuanto al acceso a los establecimientos de salud del primer nivel de atención, de acuerdo con el Observatorio de Propuestas del Bicentenario, a diciembre del 2022 solo el 42% de los establecimientos de salud del primer nivel de atención funcionan al menos 12 horas. Esta situación es más crítica en los departamento como Áncash y Amazonas, donde solo el 16% y 19%, respectivamente, se encuentran abiertos a los ciudadanos para su atención.

Por el lado de la demanda, se requiere reforzar las estrategias comunicacionales y sensibilizar a la población respecto de la importancia de las inmunizaciones de manera oportuna. Para ello, una oportunidad de acceso a los hogares más pobres es mediante los programas sociales como Juntos y Cuna Más, que deben seguir fortaleciendo sus intervenciones, y sobre todo incentivando la vacunación.

Se requiere reforzar desde el gobierno nacional la provisión de la oferta de vacunas. Desde los gobiernos regionales, es necesario priorizar la atención de los servicios de salud para los más pequeños para garantizar la continuidad de inmunizaciones de manera célere y oportuna. Los gobiernos locales deben contribuir a fortalecer la comunicación con la población sobre la importancia de la vacunación, y los padres de familia, a llevar a sus hijos a sus controles de crecimiento mensual. No olvidemos que las vacunas salvan vidas.

Paola Bustamante Directora de Videnza Consultores y líder del eje Lucha contra la Pobreza de Propuestas del Bicentenario