Roque Benavides

De las muchas brechas que afectan al Perú, no tenemos duda en afirmar que la de infraestructura es la más grave, ya que de esta se derivan la económica, la educativa o la de salud.

La infraestructura genera oportunidades de desarrollo; sin embargo, estas obras implican una considerable inversión pública y privada, por lo cual deben ser priorizadas de acuerdo a las necesidades del Perú.

La nueva Carretera Central Daniel Alcides Carrión es uno de estos proyectos. Su urgencia radica en la saturación de la actual carretera, que une las ciudades de Lima y La Oroya. Tras confirmar su prioridad, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC) ha firmado un contrato Gobierno a Gobierno (G2G) con PMO, de Francia, que ejecutará el llamado Corredor Verde, propuesta que presenta una serie de cuestionamientos.

Antes de profundizar en este tema, es importante señalar que desde el Colegio de Ingenieros del Perú-Consejo Departamental de Lima (CIP-CDLima) nos hemos manifestado en contra de los contratos G2G, a los que el Estado viene recurriendo con mayor frecuencia, en perjuicio de los talentosos profesionales peruanos de diferentes especialidades, que están capacitados para asumir los grandes proyectos de desarrollo.

Repetimos, urge una nueva Carretera Central, pero el Corredor Verde es una variante, ya que sus puntos terminales, en el distrito de Ate y cerca de La Oroya, convergen en la actual. Y mientras que la zona circundante a Ate está colapsada y hacinada, La Oroya ya no tiene la relevancia de antes, a pesar de su reactivación.

En tanto, la propuesta que apoya el CIP-CDLima, elaborada por el Gobierno Regional de Lima, sí es una nueva carretera, que tiene como extremos La Chutana, al sur de Lima, y el poblado de Pachacayo, cerca de Jauja.

Con respecto a La Chutana, se critica que la Panamericana Sur también puede saturarse, lo que se soluciona habilitando la antigua Panamericana y construyendo la ansiada vía Periurbana Sur. En tanto, la conexión con Pachacayo nos acerca a Jauja y Huancayo, las ciudades más importantes de la sierra central.

A esto, debemos añadir que el Corredor Verde incumple algunos requerimientos para ser catalogado como carretera de primer orden: 60 km/h de velocidad de diseño en ciertos tramos; curvas consecutivas con radios mínimos a los 90 metros, que contravienen la norma geométrica; así como separadores centrales y bermas laterales menores de lo reglamentado. Además, cruza la quebrada de Tinajas, donde hay altos riesgos de huaicos, y contempla afectaciones prediales en el valle de Lurín.

Lamentablemente, el MTC ya tomó una decisión y la respetamos. Aun así, nuestro consejo departamental va a presentar la propuesta técnica del trazado La Chutana-Santo Domingo de Olleros-Huarochirí-Tanta-Cochas-Pachacayo, para que sea considerada a futuro, y un plan de modelación del transporte que garantice la mejora de las rutas alternas al norte de la actual Carretera Central, el cual contribuirá a descongestionarla y brindará soporte al megapuerto de Chancay.

Roque Benavides es decano del Colegio de Ingenieros del Perú-Consejo Departamental de Lima.