Papelito manda
Papelito manda
Caroline Gibu

Hace un par de días una persona me contó algo mortificada que su empresa rechazó como sustento para el una boleta electrónica que había emitido el de sus hijos por el pago de la .

A pesar de que explicó que muchas firmas están obligadas por ley a emitir comprobantes de pago electrónico, que son enviados al correo electrónico del cliente, y que existe un módulo de consulta en la web de para verificar en línea la validez del comprobante, el profesional de recursos humanos le indicó que necesitaba como sustento una boleta física, con sello y firma del colegio, para garantizar su autenticidad; todo ello para evitar una posible observación del área de auditoría. Inmediatamente una pregunta cruzó por mi mente: ¿No es más fácil falsificar un documento físico, con sellos y firmas made in Azángaro, que hackear la web de la entidad del Estado encargada justamente de fiscalizar el fraude fiscal?

En marzo del 2017, la OCDE publicó el reporte “Herramientas tecnológicas para abordar la evasión fiscal y el fraude fiscal”, en el que analiza las experiencias de 21 países que, con el uso de las tecnologías de información, incrementaron con éxito la recaudación tributaria y redujeron la evasión y fraude fiscal, con el adicional de propiciar además mayor transparencia, confianza y formalidad de los contribuyentes.

Destacan experiencias que abordan dos problemas específicos: (i) no registrar ciertas ventas para declarar menores ingresos y (ii) falsear facturación para sustentar gastos o propiciar deducciones. Como solución al primero, en varios países se implementó el uso de máquinas registradoras electrónicas cuyos datos se comparten con la autoridad tributaria, acompañado por programas de recompensas tanto para el propietario del negocio como para el consumidor, así como de fiscalización efectiva por parte de la autoridad tributaria. En Ruanda, la implementación de estas máquinas contribuyó al aumento del 6,5% en la recaudación del IGV entre marzo del 2013 y junio del 2014.

Para atacar el segundo problema, se introdujo la facturación electrónica que incorpora identificadores únicos para las transacciones, conexión con el registro de ventas, bancarización e intercambio de datos vía electrónica, campañas de sensibilización e incentivos, entre otros. En México, según OCDE, la facturación electrónica obligatoria hizo que se formalizaran 4,2 millones de microempresas. En el Perú, los pagos electrónicos están permitiendo que pequeños y microempresarios puedan autogenerar sus libros de ingresos y gastos, así como sus declaraciones de impuestos; y que los trabajadores dependientes e independientes puedan deducir gastos y tener incluso devoluciones automáticas de impuestos pagados en exceso.

Un tema final. Estas herramientas tecnológicas aportan también a la institucionalidad política. Los partidos y movimientos políticos pueden tener RUC una vez inscritos en el JNE. Si se propicia que usen el sistema de emisión electrónica de comprobantes de pago desde la web de Sunat para la emisión y registro de ingresos, sería un gran paso hacia la transparencia y rendición de cuentas.

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