La cadena gastronómica en el Perú beneficia directa e indirectamente a unos 5,5 millones de personas, lo que incluye no solo a la cocina propiamente dicha sino también a los rubros del comercio, industria, servicios de restaurantes, transporte y a los productores.
Esta cifra se da a conocer en el libro “El boom gastronómico peruano al 2013”, que acaba de editar la Sociedad Peruana de Gastronomía (Apega) y que será presentado oficialmente el próximo sábado en el marco de la feria Mistura.
El número de beneficiarios directos e indirectos creció en 10% en relación al 2009, cuando era del orden de los cinco millones, revela la publicación en la que se da cuenta de la oferta de restaurantes peruanos en el mundo, de los logros de la gastronomía y de los retos que deberá afrontar en el futuro.
MÁS GASTOS EN COMIDA Asimismo, se revela que el gasto en alimentación en los hogares peruanos en el año 2011 fue de S/.43,645 millones, lo que representa el 9,5% del Producto Bruto Interno (PBI), mientras que el gasto del turista en ese mismo rubro fue de S/.1,563 millones.
En cuanto a la costumbre de comer fuera, esto ha impulsado el crecimiento de sangucherías y cafeterías que solo en Lima y Callao creció de 2,527 a 4,167 establecimientos entre los años 2007 y 2011.
Lo mismo sucede con las pollerías de las cuales actualmente hay en el país unas 10,000, siendo las ciudades de Lima, Arequipa y Cusco las que concentran la mayor cantidad.
De los restaurantes en general, la capital acoge al 48%. En el año 2001 en el país habían aproximadamente unos 40,000 restaurantes y al 2011 este sector creció hasta alcanzar los 77,500. Se calcula que actualmente habrían cerca de 100,000.
CAPITAL GASTRONÓMICA Al comentar la publicación, Mariano Valderrama, vicepresidente de Apega, subrayó que urge hacer un trabajo muy fuerte para mejorar la gestión de los restaurantes sobre todo en el campo de la salubridad.
Señaló que el nivel de certificación de estos establecimientos es aún muy bajo (1,5%) y recordó que esa es una tarea que le compete a los municipios.
“Nos falta mucho por trabajar para hacer de Lima una capital gastronómica. Si bien es cierto tenemos muchos sabor y diversidad, hay un largo camino para igualar los estándares de otros países”, comentó.