Pocas semanas atrás, haciendo mis compras, mi hijo Adriano me preguntaba que significaba la palabra panela que él había visto entre los diversos productos. Su curiosidad despertó mis recuerdos cuando de niño veía en una hacienda en el valle medio de Jequetepeque, en la costa norte, las tapas de nuestra popular chancaca en una fábrica en donde se procesaba la caña de azúcar. Le respondí entonces: “es azúcar buena”.
Según el INEI, el cultivo de la caña de azúcar cubre unas 140.000 hectáreas de nuestra costa y con ella se produce un millón de toneladas de azúcar por año. Se estima que el consumo anual de azúcar por persona es de unos 24 kilos. Pero, ¿sabía usted que el consumo de la caña de azúcar en estado natural puede resultar beneficiosa a su salud?
Caña de azúcar ya desde la conquista
Si bien los expertos aun discuten si el origen de la caña de azúcar fue en Nueva Guinea o Indonesia, lo cierto es que esta planta se domesticó poco después de la última era de Hielo, alrededor del 8000 a.C. Se difundió ampliamente por Asia. Los árabes la llamaban sukkar y fueron ellos quienes la llevaron a España. De ahí pasó a América. El historiador Alexander Ortegal nos cuenta que apenas conquistado el Perú, el 21 de julio de 1537, un comerciante en Lima, llamado Gonzalo Rodríguez, se comprometió a pagar a Alonso de Trujillo 379 pesos —el precio de un esclavo— por 46 arrobas de azúcar (una media tonelada).
La especialización de la industria del azúcar se produjo recién en el siglo XX, y desde 1929 se vienen comercializando híbridos que son los que endulzan nuestros cafés, postres y toda la industria alimentaria.
Industrial contra natural
Seguro usted ha escuchado que “mejor es la azúcar rubia que la blanca”. Sin embargo, ninguna azúcar industrializada es mejor que otra. Ambas son productos refinados, en cuya manufactura se han empleado dióxido de azufre, ácido fosfórico, agentes blanqueadores y reductores de viscosidad, los cuales van a terminar en nuestras comidas, postres e incluso en fármacos de sabor amargo.
Al azúcar se le despoja de una serie de sustancias antioxidantes y flavonoides, lo que invalida sus potenciales beneficios. Por lo tanto, estimado lector, debe diferenciar bien entre las bondades nutritivas y preventoras de la caña de azúcar y las de la azúcar refinada. El jugo de caña de azúcar es un excelente reconstituyente energético debido a su rico contenido de carbohidratos y hierro. Sus fenoles y minerales lo hacen muy beneficioso para la salud humana.
Jugo frente a enfermedades renales
Investigaciones de laboratorio y clínicas dan fe de la cualidad del jugo de caña de azúcar natural como diurético. Debido a esto incrementa el volumen urinario, mejora la actividad renal y ayuda en el alivio de la gonorrea e inflamaciones como nefritis y cistitis. En institutos de farmacología de la India se han hecho experimentos que sugieren que dicha propiedad antiinflamatoria es incrementada cuando se le combina con zumo de limón, kion e inclusive “agua de coco”.
En la India existe evidencia del uso de la caña de azúcar no solo como tónico estimulante (frecuente en el Perú hace medio siglo), sino como polvo deshidratado, rica fuente de hierro, proteínas y cobre, que sirve para aliviar enfermedades pulmonares, tos con flema e indigestión. De hecho, se viene documentando que la panela puede ayudar a prevenir lesiones pulmonares inducidas por humo y polvo con agentes patógenos.
Por mecanismos aún en estudio, se ha demostrado que la panela desplaza a las partículas de carbón hacia los nódulos linfáticos traqueobronquiales.
Contra cáncer, diabetes y Parkinson
La corteza de la caña de azúcar tiene demostradas propiedades en el laboratorio contra el cáncer de colon debido a la acción de sus fenoles. Un flavonoide denominado tricina, abundante en la caña de azúcar, evita que las células malignas del cáncer de estómago, de mama y algunos tipos de leucemia generen metástasis.
La caña de azúcar, e incluso sus hojas, pueden prevenir la diabetes y la obesidad debido a su efecto antihiperglucémico. Por si fuera poco, el jugo de caña parece beneficiar al sistema nervioso central debido a que genera un balance entre la transmisión colinérgica y dopaminérgica, de modo que puede prevenir enfermedades como parkinson, esquizofrenia y enfermedad de Huntington. De hecho, su bioactividad ha sido comparada con haloperidol.
Frente a todas estas propiedades, cuando se prepare un pastel o cuando le pregunten ¿Edulcorante o azúcar? Lo mejor es usar trocitos de panela o chancaca… Esta sí es azúcar de la buena. ¡Buen provecho y menos diabetes!
Caña de azúcar contra trombosis y colesterol
El jugo de caña de azúcar contiene 75% de agua, 15% de sacarosa y 10% de fibra.
También sustancias bioactivas como apigenina, naringenina, tricina, luteolina, ácido colorogénico, cinámico, cafeico además de una serie de flavones que representan un prodigio en nuestra salud.
Muchas de estas sustancias han sido documentadas en la panela.
Las hojas de la caña de azúcar contienen policosanoles y una sustancia denominada D-003 con probados beneficios anticoagulantes y reguladores del colesterol.