Ángela Ruíz Robles mostrando su invento: la enciclopedia mecánica, antepadado del e-reader. (Imagen tomada del libro 'Ángela Ruíz Robles y la invención del libro mecánico')
Ángela Ruíz Robles mostrando su invento: la enciclopedia mecánica, antepadado del e-reader. (Imagen tomada del libro 'Ángela Ruíz Robles y la invención del libro mecánico')

La primera vez que se habló de un libro interactivo nadie prestó atención. Tal vez porque era 1949 y la España del dictador Francisco Franco no tenía oídos para la voz de una mujer. Fue la maestra Ángela Ruíz Robles (provincia de León 1895-1975), la primera en soñar con los antepasados de los e-books, tal como lo demuestra la patente número 190698, registrada el 7 de diciembre de 1949. Se trataba de un libro interactivo hecho de papel y cartulina que contaba con un mecanismo para resaltar determinados textos relacionándolos entre sí, —los hipertextos de hoy— y con un sistema de palancas para elevar las diferentes páginas. En la patente añadió la posible propiedad de la luz “con fósforo o similar”.

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