La tercera edición del Festival de Cine hecho por Mujeres nos entrega, durante todo el mes de marzo, tres ciclos con más de 50 trabajos audiovisuales: Competencia universitaria de cortometrajes, Competencia latinoamericana de cortometrajes y Competencia latinoamericana de largometrajes. La recomendación de esta semana elige trabajos audiovisuales del segundo y tercer grupo: un corto peruano y dos largos argentinos, una ficción y un documental. Disfrútenlos, que es gratis.
Cerquillo (Carmen Rojas Gamarra, 2019)
Parte de la selección de la Competencia Latinoamericana de Largometrajes, Cerquillo es una producción de 20 minutos que cuenta la historia de una muchacha, Cristina, y su intento de evadir en silencio aquello que le causa dolor. Pero Lima es demasiado pequeña y no se puede huir de aquello que, en el fondo, quiere encontrar, pero no enfrentar.
Sin mayores aspavientos, Cerquillo es una historia sencilla y entretenida que tiene de fondo el inicio de una gran amistad. Además de encontrarla en el Festival de Cine hecho por mujeres, está también en Retina Latina.
Apego (Patricia Velásquez, 2019)
Apego es el nombre del segundo largometraje de la directora chilena-costarricense Patricia Velásquez. Esta es la historia de una familia exiliada. Julia y su esposo viajaron a Costa Rica durante la dictadura chilena. Su hija Ana, una arquitecta de 35 años, se acaba de divorciar y tiene dos niñas pequeñas. El nudo de la película empieza a armarse cuando una de las hijas de Ana le abre una cuenta en Facebook a su abuela y ella reconecta con un antiguo amor de la universidad, a quien verá pronto en Chile.
¿Qué significa “patria” para las hijas e hijos de los exiliados? ¿Cómo se constituyen las relaciones entre madres e hijas? ¿Qué es la felicidad? ¿Se puede reconstruir una vida en la etapa en la que se supone ya se tiene la vida hecha? Apego aborda estas cuestiones en 80 minutos de manera efectiva y reflexiva. La felicidad es una constante construcción, ¿por qué no decirlo en voz alta?
Malamadre (Amparo Aguilar, 2019)
“En público todas somos madres excelentes y en privado estamos llenas de contradicciones. Cometemos errores, no logramos conciliar armónicamente lo que creemos que debe ser con lo que en realidad nos sale. Los mandatos son distintos para todas, pero siempre existen. Hay un ideal de la ‘buenamadre’ que alcanzar y entornos sociales que empujan a las mujeres a cumplirlo”. La reflexión es de Amparo Aguilar, la directora de reconocidos cortos documentales como VHS (Víctor Hasta Siempre) o Furia travesti: una historia de traVajo, que por estos días estrena su primer largometraje, Malamadre, con el que obtuvo los fondos de Ibermedia de ayuda a la coproducción en la Convocatoria 2018. La película se podrá ver entre el 20 de diciembre y el 31 de enero en el Malba de Buenos Aires, y también en funciones especiales con la organización Cine Canguro que programa funciones de cine para mamás y papás con bebés de hasta 18 meses. “Malamadre busca encontrarnos con ese vínculo fundante que es la maternidad, para identificar cuáles son los mandatos que lo atraviesan, y cuáles trascienden a la madre y llegan al niñx”, escribe Aguilar en la nota de presentación de su nueva película.
A través de los relatos algunos hombres y una quincena de mujeres incluida la propia directora, Malamadre traspasa el imaginario social de la maternidad para espiar su lado oculto. En ese sentido es un documental que se rebela contra lo que todos hemos escuchado desde la niñez acerca de lo que es, o no es, ser una ‘buenamadre’.
(Reseña del programa Ibermedia)
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