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Ming Yin
Paola Miglio

Cuando uno ingresa al, el diseño y el decorado no son justos profetas de lo que la mesa propone. Ambientado al estilo de algún impecable quinceañero o matrimonio de hace ya varias décadas, este chifa es una curiosidad sanisidrina que, a pesar de algunos detalles que ajustar, deja un buen sabor de boca. Pero vayamos más allá del salón principal, siempre listo para alguna celebración (se plantea también como restaurante oriental y de banquetes chinos) y curioseemos en una carta larga y entretenida que incluye hasta el llamado caldero mongol, donde los alimentos se cocinan en un caldo humeante, acompañados de varias salsas.

En general, las porciones son justas y los platos principales dan para compartir. Aclaro esto conociendo ese gusto nuestro tan peruano de generosidad chifera: muchas veces estos suelen ser calificados como buenos solo por la abundancia de arroz o tallarines que sirven, mas no por su buena factura o calidad de ingredientes. En el Ming Yin hay cantidad adecuada y buen insumo, al menos en la mayoría de platos que he podido probar, aunque también hay ciertos descuidos que deben afinarse. Tres en particular: el pollo al limón, arrebozado y de precisa cocción, se sirve con una suerte de mazamorra del cítrico bastante artificial; el pato pekinés necesita una breve revisión, sobre todo en el tema de la piel; y alguna que otra vez los wantanes han llegado fríos y deslucidos a la mesa (especialmente en salón).

Más allá de estas observaciones, los sabores están bien planteados, las cocciones de los platos principales son correctas y, por lo que he podido notar, no hay abuso del sillao ni tampoco de grasa. El ti pa kay (o, en este caso, pollo con salsa de tamarindo), por ejemplo, es jugoso y de costra crujiente y no tan gruesa; lo mismo pasa con los enrollados. Los tallarines salteados, en sus varias versiones, son contundentes y sabrosos, con los vegetales crujientes y de tonos vibrantes; y las sopas, reconfortantes. El arroz chaufa, punto clave de todo chifa, es ligero en salsa, lo suficientemente graneado y bien nutrido en verduras y carnes. Hay incluso uno de chicharrón de pollo bastante agradable que juega con la textura del crocante.

El Ming Yin no es el chifa de esquina, ese al que le tenemos cariño de toda la vida y vamos cualquier noche de antojo; tampoco atrae por su calidez, a pesar de que el servicio de sala es atento y muy amable; pero sí engancha por la experiencia y buena sazón que, para suerte nuestra, llega hasta casa. Hay servicio de delivery puntual, y los platos desembarcan tal cual se ofrecen en salón. Lo único, sí, fijarse en los envases: tanto tecnopor y plástico ya no es necesario

Tipo de restaurante: cocina oriental, chifa.
Dirección: Amador Merino Reyna 489, San Isidro.
Delivery: 440-5509.
Horario: lunes a sábado de 12 a 11:30 p.m., domingo de 12 a 9 p.m. Estacionamiento: hay playas de estacionamiento en la zona.
Carta de bebidas: orientada a lo clásico en cócteles y licores, bastante reducida en variedad y cantidad de vinos.
Precio promedio por persona (sin bebidas): S/40.
Puntuación: 14/20

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