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El dulce paso del cine animado a la pastelería de diseño - 1
Redacción EC

Son muchos los jóvenes que luego de estudiar una carrera de su interés enrumban por otros caminos como queriendo rectificar el futuro. Pero son pocos los que, valorando lo aprendido, aplican aquellos conocimientos para potenciar el nuevo sueño que los motiva. Marinés Santos es una de ellos.

“Estudié cinco años Animación y Artes Medias en Estados Unidos”, cuenta Marinés, quien acaba de regresar a Nueva Jersey. Tenía en mente ser parte de un equipo creativo y producir cintas tan divertidas como las que siempre admiró de Pixar.

Los suyo era la acción. Sin embargo, luego de trabajar un par de años en Lima, se dio cuenta de que más que sentarse a dibujar series de figuras animadas, le apasionaba otro tipo de creación. Sus manos estaban destinadas a otro arte.

EXPERTA AUTODIDACTA
Marinés reconoce que siempre le gustó cocinar y que solía ver programas de repostería en televisión. Por eso empezó a investigar, a leer libros y a probar su habilidad preparando tortas de diseño.

Las fotografías que nos enseña de sus pininos no revelan a una principiante, pero sí a una joven que mostró aptitudes para la pastelería fina y el diseño de piezas de azúcar.

Por eso decidió estudiar formalmente. Viajó a Nueva Jersey y se inscribió en un curso dictado en Manhattan por Elisa Strauss, dueña de Confetti Cakes y creadora del pastel de bodas que Charlotte (Kristin Davis) y Harry (Evan Handler) tuvieron en su boda en “Sex and the City”. En tres meses, Marinés perfeccionó su técnica y con los nuevos conocimientos reafirmó las habilidades que ya había demostrado.

“Me sirvió un montón estudiar animación, porque me enseñaron a hacer escultura y toda la técnica de muñecos”, reconoce la joven especialista que prepara con absoluta precisión rosas en ‘butter cream’, flores de azúcar y minuciosas decoraciones con ‘royal icing’ (glacé que permite trabajar texturas) y otras técnicas de hilado que requieren paciencia y mucho detalle minucioso.

PURO TRABAJO
En el mes de vacaciones que pasó en Lima, Marinés simplemente no descansó.
Ni bien llegó al Perú, a través de su cuenta de Facebook, Sweet Canvas Bakery (nombre con el que empieza a convocar clientes en Estados Unidos), anunció a sus amigos que estaba lista para atender pedidos. Y simplemente no paró.

Ahora, siguiendo sus planes, Marinés ha regresado a Estados Unidos para sumar más experiencias en pastelería. “Ahorita estoy aplicando al programa del italiano Buddy Valastro, que hace tortas locas”, nos dice, y destaca que este hijo de Nueva Jersey goza de mucha popularidad.

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