Estos días de invierno se prestan para engreír el paladar. Y nada se compara al olor de masa en el horno; a esa sensación de bienestar que invade cada rincón de la cocina y que nos hace sentir abrigados y reconfortados como un buen pastel. El pie de manzana, un clásico de la repostería casera, es una opción ideal para satisfacer ese antojo.
Ya sea con los hijos, con los amigos o para uno mismo: la receta es tan sencilla que no hay excusas para privarse de un buen pedazo. Eso sí: acompáñelo siempre de un rico helado de vainilla, crema batida (de preferencia sin azúcar) o una salsa de caramelo natural (solo unos toquecitos) para garantizar que el momento sea perfecto.
Más del pie de manzana y los secretos de su preparación en nuestro blog Sobremesa.