Nada transmite calor de hogar como un buen plato de sopa. La olla, humeante y concentrada, siempre es garantía de satisfacción en la mesa. Y el invierno es la mejor temporada para disfrutar de las ellas en abundancia: las sopas no solo nos ayudan a combatir el frío, sino que también nutren y llegan cargadas de sabor en cada cucharada. Son tradición, son familia y son compartir. ¿Le provoca tomarse un buen plato? Pruebe con un sancochado.
Para el cocinero Álvaro Raffo y su madre Carmen Hanza, propietarios de la cadena Charlotte, hay una regla de oro cuando se trata de este potaje: uno puede tomarse las cosas con libertad a la hora de escoger los ingredientes, pero seguir un orden es primordial. Si bien el sancochado toma tiempo, no implica dificultad. Cada casa tiene su versión: las carnes que se utilizan, las salsas, las verduras…en la variedad está el gusto. Eso es lo más importante cuando uno quiere preparar esta receta en casa.
El sancochado es olla grande y es mesa grande. Dese el gusto de invitar a quien desee y de repetir cuantas veces le provoque. De eso se trata.
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