Casandra Tola y la danza de palabras
Casandra Tola y la danza de palabras
Czar Gutiérrez

Las palabras, perfectamente imbricadas en su nido de celdas, fluyen de manera horizontal y vertical en perfecta asociación con sus referencias. Las palabras, perfectamente cortadas con el filo de una tijera, se convierten en triángulos, se organizan en planos bidimensionales, se superponen. Las palabras forman siluetas y las siluetas se hacen figuras. Monstruos tachonados de palabras encerradas en celdas y fotogramas aleatorios. Monstruos que parecen hablar desde las celdas asociadas a los mensajes ocultos en el crucigrama.

“Mi relación con los crucigramas comienza con mis abuelas, pero la idea de ‘Origramas’ ocurre al terminar de llenar uno: lo corté en triángulos y lo dispuse en un plano buscando que algo surja. Y la única relación que tenía con el origami es que me resultaba muy frustrante. Por eso encontré mi propia manera de hacerlo en un plano bidimensional, como si lo hubieran aplastado contra el papel”, dice. El telón de fondo es esta nueva secuencia de collages desde su segunda muestra individual, “Imaginario liminal”, una paleta de fragmentos superpuestos donde cielo, mar y tierra flotan en una suerte de collage 3D.

“Me gusta trabajar con elementos distintos hasta hallar ese tono que los unifica; disfruto encontrar ese impulso natural, ver aparecer esa nueva forma compuesta por la sinergia entre esos innumerables fragmentos. Y es que las mismas formas, figuras o imágenes pueden adoptar distintos discursos, decir cosas tan distintas dependiendo de la disposición y el orden en que las coloque”, dice. Y juega mezclando los grises de las palabras cruzadas con la tinta y el estilógrafo sobre la madera. “La instalación de mi escritorio en la muestra acerca al espectador a mi mundo; el escritorio acompañado de un video sobre el proceso creativo cierra el círculo de la muestra”. Una muestra que, además, cuenta con un espacio para la participación del público mediante la intervención grupal en el pasillo, y que terminó envolviendo a la concurrencia en un enigmático tubo de tonos grises.

“Suelo trabajar con materiales encontrados. Utilizo los crucigramas que mi abuela resuelve y acumula, recojo restos de maderas en casas por demoler, paseo por calles donde venden revistas antiguas. Me gusta que los objetos que utilizo tengan vida propia, que estén impregnados de alguna historia, que me remitan a algo. Que sea evidente que el tiempo corre por sus venas”, dice la hija del pintor José Tola mientras observa detenidamente un paisaje (des)compuesto por aquel juego de palabras que hace 56 años el boliviano Mario Lara publicara en El Comercio. Entonces eran de cartulina y tinta china. Esta vez reaparecen en papel de algodón y la madera reciclada. Como si Hyperion reinventara su rompecabezas de doble diamante, digamos.

Más información
Lugar: Domingo Laboratorio Creativo. Dirección: Pérez Roca 196, Barranco.
Fecha: Hasta el 2 de octubre.
Ingreso libre.

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