Se llama Barracones como la zona más picante del Callao, donde los ritmos de salsa resuenan junto al aroma del pescado fresco y la inconfundible alegría chalaca, que la cocina de Franco Ferreyra consiguió replicar con éxito. Prueba de ello son los cientos de comensales que disfrutan de sus platillos, y las decenas más que esperan ansiosos por una mesa en esta esquina cada vez más popular, ubicada entre la avenida Los Conquistadores y José Llanos Zapata en San Isidro.
La preparación del ceviche sigue las reglas de oro: se selecciona el mejor pescado -corvina o lenguado, según el chef-, se corta en cubos uniformes y se sumerge en la combinación de limones y ajíes. Los detalles son los que hacen la diferencia, claro. En esta disruptiva esquina de San Isidro, el encanto radica precisamente en eso: el toque preciso de una salsa especial de ají amarillo para darle otro giro al ceviche, o la inclusión de caracoles para añadir un golpe de sabor a los a la versión mixta.
Así ocurre con cada uno de los platos, en un servicio que va desde el mediodía hasta las cinco de la tarde. Más antojos llegan en forma de pan de pejerrey -especialidad de Ferreyra- donde la salsa tártara y el ají amarillo se combinan para un sabor único. O una parihuela “atómica”, elaborada con mariscos y pescados frescos del día, pues fieles al concepto que inspira su nombre, Barracones prefiere evitar el uso de productos congelados, aunque irónicamente su raspadilla es uno los productos más solicitados de su carta.
“Nos hemos convertido en un punto de referencia que la gente recuerda por romper ese paradigma conservador del distrito. Incluso el nombre guarda un tono de irreverencia; cuando invitas a alguien a comer aquí, piensa que lo llevarás a una zona picante del Callao, pero no, estás en pleno corazón de San Isidro”, comenta Ferreyra en una entrevista con El Comercio.
Primer aniversario
En los primeros días de la Semana Santa del año pasado, el sueño del chef Franco Ferreyra y su esposa, Claudia Ramírez, se materializó en una ubicación idónea para su concepto de restaurante marino. Tras abrir sus puertas, los primeros tres días transcurrieron de manera discreta, con amigos y familiares visitando el establecimiento.
Sin embargo, el Jueves Santo del 2023 la curiosidad por parte de los transeúntes los llevó a aventurarse a probar los platos característicos. Podría haber sido al revés: mucha gente sale de Lima y la Semana Santa no siempre es buena para época para aperturas. No fue el caso de Barracones, quienes continuaron su semana pequeños logros que en conjunto forman parte del éxito del restaurante.
Para el viernes, el restaurante atrajo la atención de algunos tiktokers locales, mientras que el sábado recibió la visita de influencers con mayor renombre en las redes sociales. Finalmente, el domingo, el restaurante fue el punto de encuentro preferido por numerosos grupos familiares y colegas de trabajos -debido a la cercanía a la zona de oficinas-, algo que se mantiene hasta ahora.
“En esos primeros momentos la magia podía caerse rápidamente si no tenemos la predisposición al asumir nuestros errores y mejorar siempre, pues el éxito de Barracones está en el boca a boca de nuestros clientes”, menciona Ferreyra
Para celebrar su primer aniversario este domingo, Barracones no sacará la casa por la ventana, pero sí llevarán afuera la barra de cocteles para que todos puedan disfrutar de bebidas mientras esperan ordenar los nuevos platos de su menú repotenciado, además se implementará un gran ventanal donde los comensales puedan firmar y dejar constancia de los primeros pasos de este proyecto culinario, que recién está calentando fogones. Provecho.
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