Puede conocer más sobre el trabajo de Carina a través de su página web: www.carinachocano.com. (Archivo personal)
Puede conocer más sobre el trabajo de Carina a través de su página web: www.carinachocano.com. (Archivo personal)
Renzo Giner Vásquez

¿Qué nos enseña el rol que desempeñan las mujeres en los cuentos de hadas, las series de TV o las películas de Hollywood? Es la pregunta que se hizo Carina Chocano al empezar “You Play the Girl”, libro con el que ganó el Premio del Círculo de Críticos Nacional del Libro (NBBC).

—Imagino que no te gustan los cuentos de hadas.
En realidad me refiero a las historias que nos cuentan toda la vida como mujeres. En mi libro hago un contraste entre los cuentos de princesas y el de “Alicia en el País de las Maravillas”, que es un poco la antiprincesa.

—En una entrevista dijiste que te sentías más como Alicia.
Sí, creo que la mayoría se siente así, pero estamos acostumbradas a ver un solo patrón. Los cuentos limitan el concepto de mujer ideal. Cuando empiezas a analizarlos ves que los cuentos muestran a alguien que no es una persona, se le quita todo, empezando por el deseo, la voz, la expresión, los sentimientos, cualquier forma de ser que no sea la de “una dama”.

—¿Hasta qué punto cala ese mensaje en la mente de los niños?
Tienen un efecto enorme. Por eso hay que empezarlo a abordar. En EE.UU. se está debatiendo sobre qué pasa cuando la cultura está controlada o dirigida por un grupo muy estrecho de un tipo específico de hombres que siempre sacan las mismas historias. Todo lo que es cultura nos moldea, nos influye y crea lo que percibimos como normal o aceptable. Los cuentos de hadas se crearon para educar a los niños burgueses, eran una forma de educación. Las películas, series y cuentos actuales tienen un efecto muy parecido, no son inofensivos, son parte de nuestra educación.

—Nos programan...
Sí. Lo que pasa es que cuando ves solo un tipo de historia, solo un tipo de personaje, vas a tener el efecto de programar. En los colegios y universidades debemos prestar más atención. No digo que no se debe producir un tipo de historias, pero debemos tener la capacidad crítica para saber qué estamos consumiendo, parar y preguntarnos qué nos cuentan y por qué lo hacen.

—¿Por qué nos tomó tanto llevar este tema a debate? ¿Qué nos hizo reaccionar?
Es interesante. Estamos en un momento crítico, vemos que la historia que se nos cuenta a veces no pega con la realidad. Por eso hay movimientos como #MeToo o #Time’sUp. A las niñas de mi generación nos decían que podíamos lograr todo, pero no siempre es cierto y te das cuenta cuando ves que existe una brecha salarial por género, por ejemplo. Hasta que no enfrentemos esa realidad las mujeres sentiremos que algo no termina de pegar.

—¿Cuál es el estereotipo que más te fastidia?
Una de las cosas que más me fastidia es el patrón de la princesa, antes estaba muy presente en las películas. Veías que la única aventura de la chica era la que la llevaba al matrimonio, ahí acababa, era una vida que terminaba prácticamente al empezar. Eran personajes muy jóvenes y nunca ves el resto de la aventura, el resto de su vida. Todo giraba en torno a que se casaba, moría o sucedía una tragedia.

—¿Qué me dices de las telenovelas?
Aunque no lo creas, esos formatos tienen más protagonistas mujeres que van detrás de sus deseos e intrigas. Comparado con el cine norteamericano, donde el héroe siempre es el fuerte, las veo más positivas.

—Hablando de fuerza, desarrollas el concepto de la “fuerza relativa”. ¿Qué es?
Cuando en Hollywood hablan del personaje femenino fuerte no se sabe si se refieren a un personaje que resaltará en la historia o que es fuerte físicamente. Esa idea los ha llevado a crear a la típica luchadora o asesina, es muy gracioso porque tampoco tiene nada que ver. La gente no se ve reflejada en esa imagen. Es un poco ridículo, no queremos vernos en combate matando a un montón de gente, sino ver nuestra realidad reflejada en la pantalla. Por más que el cine sea para entretenernos sigue siendo un medio donde la gente quiere ver historias que la reconectan con su humanidad, cuando borran eso te deja un vacío, se pierde algo importante. Te doy un ejemplo.

—A ver...
En el 2016 se estrenó “Hidden Figures”, sobre tres científicas negras de la NASA de los años 60 que eran genios matemáticos. Se desarrolla en un ambiente lleno de racismo. Mi hija tenía 7 años y me pidió ver esa película un fin de semana, me sorprendió pero era porque todas las chicas de su clase estaban emocionadas por la película. Cuando salimos de la sala me dijo que quería ser ingeniera. Una niña se da cuenta de lo emocionante que es. Pero si solo ve a una chica en vestido de novia o a la cantante o a la modelo no verá más allá. Los estereotipos las entrenan a limitarse, eso no es nada bueno.

—En la TV y en la vida real la mujer está obligada a demostrar cosas que se dan por hechas en el hombre.
Es cierto. Este fin de semana estuve en un taller con una escritora muy famosa, al final de la clase quedamos ocho mujeres y dos hombres. Ella dijo: “Las mujeres deben saber que deberán ser 100 veces mejores, lo siento pero es así”. Y eso se explica con el síndrome de la pitufa.

Chocano ganó en la categoría Crítica del premio NBBC.
Chocano ganó en la categoría Crítica del premio NBBC.

—¿Cuál es ese?
Existen unos 20 pitufos y cada uno tiene distintas personalidades. La característica de la pitufa es ser una chica [risas]. Otro ejemplo es Hermione, en el mundo de Harry Potter, puede andar con los chicos porque es excepcional, merece estar con ellos. En películas como la última de “Ghostbusters”, por otro lado, ves que hay diferentes talentos, que estamos llenos de mujeres también.

—Leí que incluso “Frozen” te preocupaba…
Sí, para esto primero la vi como 100 veces con mi hija. Y a mí también me gustaba. Pero si la analizas a fondo verás que Elsa es un personaje muy confundido, no sabes cuál es su problema. Si Elsa fuera hombre sería el heredero legítimo de un reino, tiene superpoderes y además sería guapísimo, no tendría problemas. Pero a ella su fuerza la pinta como un monstruo, es lo que le pasa a Angela Merkel o Hillary Clinton.

—¿Qué le recomiendas a los padres, entonces?
Que miren las cosas con una mente curiosa, crítica. Cuestionen todo lo que ven, todo lo que les cuentan. Por lo general, la gente hace cosas para reforzar el statu quo; por eso es mejor siempre preguntarnos por qué pasó algo o por qué hizo tal cosa. Esa curiosidad debemos transmitírsela a los chicos.

***
Perfil del entrevistado 

Carina Chocano Penny
Escritora
​Mis padres son de Lima pero yo nací en Chicago porque mi papá estudiaba ahí. Tengo una hija de 9 años. Fui crítica de TV y cine, ahora soy crítica cultural y escribo para “The New York Times Magazine”, “Vogue”, “Elle”, “Rolling Stone”y otras revistas.

Contenido sugerido

Contenido GEC