Juan Carlos Fangacio Arakaki

La biblioteca de Luis Guillermo Lumbreras está a medias. En su acogedora casa de Magdalena, lo que resaltan son varios estantes vacíos: buena parte de los 17.000 libros de su colección ya han sido trasladados al , institución a la que el arqueólogo y antropólogo ha decidido donar ese acervo importantísimo.

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Mientras muestra algunos de los títulos que su familia ha elegido conservar, Lumbreras nos cuenta que, al recibirnos en la primera planta de su vivienda, ha hecho una excepción a su vida cotidiana, pues raramente baja del segundo piso. Los 86 años que cumplirá este viernes 29 de julio ya le pesan, como es lógico. Lo que no ha perdido para nada es la lucidez, que marcha ligera, sin bastones.

Una lucidez con la que ha podido completar su más reciente publicación, “Breve historia general del Perú” (Crítica, 2022). Obra ambiciosa y arriesgada, que sintetiza 7.000 años de historia en poco menos de 300 páginas, y logra salir airosa. Profusión de datos, capacidad para discernir entre los episodios más relevantes de una nación siempre agitada, y una gran capacidad narrativa que engancha al lector de principio a fin.

Es un libro que he escrito poco a poco, a lo largo de los años –explica Lumbreras sobre la publicación–. Son ensayos que yo escribía para un grupo de estudiantes con los cuales discutía distintos temas. Y al final, cuando me propusieron editar algún libro que recorra toda la historia del Perú, me puse a juntar todos esos textos”.

—El libro parte con una reflexión sobre cómo surge esa fractura entre “nosotros” y los “otros” en el Perú. ¿Diría que esa separación tan antigua puede explicar aún al Perú de hoy, tan dividido?

Quienes inventaron el racismo no fueron los españoles que llegaron acá. Ellos por supuesto que se veían claramente diferenciados, españoles e indios, una separación que consideraban natural. Culturalmente, era muy fuerte la diferencia de lengua, costumbres, religión, etc. Pero cuando llega la independencia, esa división se fue convirtiendo en clasista desde el momento en que “nosotros” (los criollos, los hijos de españoles nacidos en esta tierra) comenzamos a expulsar a los “otros”, a los indígenas, de la condición nacional. Desde 1823, con la primera Constitución, los criollos tomaron el poder, y toda la relación represiva luego se profundizó con Leguía y el civilismo, que fue antiindígena. Para mí, esa división entre “nosotros” y “otros” es la que vive aún hoy. Es lo que tenemos actualmente en nuestra política. El “nosotros” contra los “otros” que están representados por un “casi-nosotros” que es el señor Castillo. Porque él no es un indígena propiamente como tal.

Luis Guillermo Lumbreras (Ayacucho, 1936) es antropólogo y arqueólogo social. Acaba de publicar el libro "Breve historia general del Perú". (Foto: Alessandro Currarino)
Luis Guillermo Lumbreras (Ayacucho, 1936) es antropólogo y arqueólogo social. Acaba de publicar el libro "Breve historia general del Perú". (Foto: Alessandro Currarino)

—Al haber visto el panorama completo de la historia del Perú, ¿diría que hay alguna constante? ¿Algún rasgo que nos defina?

Yo pienso que en el Perú seguimos una trayectoria de fuerte adhesión a lo que no es de nosotros. A lo que no somos nosotros. Mucha gente todavía tiene vergüenza de considerarse peruanos. Preferirían ser cualquier otra cosa: españoles, franceses, alemanes, qué sé yo. Tenemos una fuerte adhesión a lo que no es nuestro, quizá ahora un poco menos que antes, pero eso se lo debemos al fútbol, una de las pocas cosas con la que nos podemos identificar. Lo que sí diría es que no tenemos una vergüenza abierta. Al punto que, cuando estamos fuera del país, es cuando más nos sentimos peruanos.

—¿Esa condición tiene un punto de partida?

No lo sé. Es una contradicción que tenemos. Somos lo que no somos. Somos lo que queremos ser, pero sin serlo realmente. Yo descubrí esto en la primaria, cuando estudiaba en La Recoleta. En una ocasión, el sacerdote que nos daba las clases de francés –que además era un exboxeador–, una vez preguntó qué lenguas hablábamos nosotros. Y por allí estaba el hijo del embajador peruano en Francia, que hablaba francés, y otro chico que hablaba inglés. Todos los aplaudían cuando decían qué otros idiomas hablaban. Pero yo era ayacuchano nomás. Y cuando dije “yo hablo quechua”, todos se echaron a reír. Allí descubrí qué cosa querían decir cuando me decían serrucho (serrano). “Lucho, el serrucho de Ayacucho”, me decían. Era una vergüenza ser serrucho. Y esas cosas a mí me comenzaron a generar una condición muy particular sobre las relaciones sociales.

—Y en el libro usted lamenta que actualmente no haya una capacidad de raciocinio serio para superar esas divisiones.

Yo creo que es una forma de esconder nuestros dramas. Nosotros estamos viviendo actualmente una etapa dramática en nuestra historia. Me parece que es una de las etapas más complejas y difíciles de las que hemos tenido. Lo único que me recuerda este tiempo, lo más parecido, es lo que ocurrió cuando llegaron San Martín y Bolívar. Un período en el cual no nos sentíamos de aquí, y queríamos ser de cualquier parte, menos de aquí. Comienza un poco antes de que lleguen ellos en realidad. Y a la par surge una literatura periodística, principalmente en el sector gráfico, que comienza a burlarse de todo. El país se vuelve una especie de broma dura, una de la que nadie quería ser parte. Eso fue lo que ocurrió, una confusión terrible. Confusión similar a la que está sucediendo ahora. Nosotros no sabemos exactamente qué está pasando, pero está pasando. Ante nuestros ojos está pasando un Perú extrañísimo, en el que a todo el mundo le parece normal que el Estado dé de comer. Estamos agrietando la pobreza, agrietando la realidad, y nos parece normal. Nos parece natural que el alcalde, el congresista o el presidente sean los que den la cara frente a esto.

—¿Y eso cómo debería resolverse?

Hay 10 diferentes maneras de salir de esto, pero nadie se atreve a entrar por alguna de ellas. A todos nos da miedo. Yo mismo estoy con miedo. Y no un miedo respecto al futuro lejano, sino respecto al futuro inmediato. ¿Qué va a pasar? ¿Cuándo va a terminar esto? No nos llama la atención que, por ejemplo, ahora mismo no haya gobierno. El Ejecutivo, el Legislativo y el Judicial andan en una trompeadera impresionante por ver quién de ellos es el que define las cosas en el país. No hay claridad respecto a qué cosa es lo que tiene que hacer un congresista o un ministro. Eso da miedo. Porque quiere decir que el orden se ha resquebrajado sensiblemente. Y ese resquebrajamiento no es solo el espejo de una crisis. Es algo más duro porque no solo está ocurriendo en el Perú. Es mucho más dramático cuando vemos que lo mismo o algo parecido está ocurriendo en Colombia, en Ecuador, en Francia, en España. Entonces asusta. Es como si estuviera acabando un ciclo de la historia del mundo y comenzando otro. ¿Pero qué? No lo sé.

En "Breve historia general del Perú" (Crítica), Luis Guillermo Lumbreras traza un recorrido de 7.000 años de nuestra evolución como nación. (Foto: Alessandro Currarino)
En "Breve historia general del Perú" (Crítica), Luis Guillermo Lumbreras traza un recorrido de 7.000 años de nuestra evolución como nación. (Foto: Alessandro Currarino)

—Pese a todo ¿se considera un optimista?

[Duda] Qué le puedo decir... Pesimista no soy. Eso sí le puedo asegurar. Nunca lo fui. Pero sí tengo miedo de cómo se vayan a solucionar las cosas. Cuando veo al sector dirigente, por alguna razón no veo las cosas de la manera más positiva. Además, cada uno se cree dueño de la verdad, y eso es terrible porque hay millones de verdades diferentes en este país. Anoche mismo conversaba con un colega y me decía “oye, ¿qué crees que va a pasar de inmediato?”. Y yo le decía que lo peor que puede ocurrir es que no pase nada. Porque lo que ocurre ahora es fatal. Hay un agotamiento del sistema económico, político. El Perú está como cansado. Pero, repito, no es solo aquí. Entonces quiere decir que estamos terminando con un sistema.

—En unos días cumplirá 86 años. Este viernes…

Creo que sí [risas].

—Y así como ha sintetizado 7.000 años de historia del Perú en 300 páginas, ¿podría sintetizar su vida en unos minutos? Por ejemplo, ¿diría usted que ha sido feliz?

Mire, la felicidad es un cuento. Un cuento largo. Podría decirle que no he sido infeliz, pero sí permanentemente crítico. He sido un descontento permanente. Y no de los que se quejan, sino de los que meten la cuchara donde pueden. A mí el Perú me parece una maravilla de país, por su gente… que es eternamente desagradecida con todo. Todos estamos desagradecidos con nuestra vida, incluso los que tuvieron mucho dinero y muchas facilidades de vida. Eso a mí me parece bien. Porque esa es la manera como debemos caminar. Caminamos gritando, levantando los brazos. Una de las primeras divinidades que nació aquí en el Perú era un tipo con una cara muy fea, con dientes muy grandes, que tenía dos varas en las manos. Se llama Wiracocha. Y eso es un poco lo que somos: ese tipo que anda con la cara al frente y con dos cosas agarradas en las manos, dispuestos a lanzárselas a alguien si es necesario. Esto lo he afirmado desde que era muy joven. Muy peruanamente, quejándome siempre de todo. Pero al mismo tiempo contento con lo que no se hace. Y ahí vamos. Es nuestra idiosincrasia, es lo que somos.

Luis G. Lumbreras:
La metafísica de la peruanidad

“Yo recuerdo que llevaba un curso de Metafísica que me encantaba porque era un curso en el que nada era real. Todo entraba en la racionalidad posible. En ese entonces estudiaba con mucho entusiasmo las ideas de [Nicolai] Hartmann, que era un idealista contumaz. Lo manejé mucho hasta cuando comencé a leer a Marx, que era exactamente lo contrario. Y fue la mezcla de ambos lo que me indujo hacia un camino distinto a la filosofía, pero que de algún modo formó lo que soy: un descreído de todo, un agnóstico por lo tanto; pero al mismo tiempo amarrado a la idea de que mi madre está en el cielo y cosas de ese tipo, que uno las tiene desde niño. A veces acudo a ella, le consulto cosas. Yo sé que no existe, que murió hace muchos años, pero allí ando. Porque de una u otra manera esa es la condición de ser peruano y es una parte de lo que a mí me gusta de ser peruano: el haber asumido como realidad lo que es absolutamente irreal”.

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Lectura de cabecera

"Breve historia general del Perú", publicación del sello Crítica del grupo editorial Planeta, ya se encuentra en librerías y puede encontrarse en la Feria Internacional del Libro de Lima.


ACLARACIONESPublicado originalmente el 29/07/2022 con el titular “El Perú está muy cansado, pero no es solo aquí. Parece que se estuviera acabando un ciclo en la historia del mundo”.

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