Pisapapeles. Comentamos los libros "Mi madre ríe" de Chantal Akerman, "Cuadernos de los días reunidos" de Tilsa Otta, y "Crónicas covianas" de Renso Gonzales.
Pisapapeles. Comentamos los libros "Mi madre ríe" de Chantal Akerman, "Cuadernos de los días reunidos" de Tilsa Otta, y "Crónicas covianas" de Renso Gonzales.

“Mi madre ríe”

Autora: Chantal Akerman

Memorias

Páginas: 178

Editorial: Zindo & Gafuri

Reconocida principalmente como cineasta, gracias a películas como “Jeanne Dielman” (1975) o “La cautiva” (2000), la belga Chantal Akerman traslada en este libros los temas que la obsesionaron: la vida cotidiana de la mujer, el deseo, la depresión, el feminismo y más. Lo hace a través de una mirada sin escrúpulos a la relación con su madre anciana, y en ese sentido está emparentado con el documental “No Home Movie”, su última película, que también era un retrato familiar íntimo y doloroso.

Porque a medida que Akerman va relatando sus experiencias, utiliza en todo momento al personaje de su madre como figura inversa a la suya. “Le gustaba verme reír y le di lo opuesto”, escribe en cierto pasaje, mientras reflexiona constantemente sobre la tristeza y el sufrimiento de verse atrapada en la penosa faena de atender el frágil cuerpo de la mujer que le dio la vida. Una carga que, desde luego, también la llena de culpa: ¿debe quejarse una hija de tener que velar por la madre enferma? ¿O solo debe reprimirlo?

Al vínculo materno-filial que predomina en el libro, Akerman añade otras vivencias, como su turbulenta relación amorosa con una muchacha 30 años menor que ella, o su constante lucha contra las enfermedades mentales. En conjunto, se trata de un libro de una belleza desgarradora, que puede leerse como anticipo de la inevitable tragedia: al poco tiempo de publicado, la madre de Akerman murió; y meses después la propia cineasta terminaría suicidándose en París.

”Cuaderno de los días reunidos”

Autora: Tilsa Otta

Diario

Páginas: 70

Editorial: La Balanza

Va del 1 al 31 de diciembre, con una entrada por día, a manera de un diario personal. Lo curioso es que cada uno de esos 31 textos han sido escritos por una persona diferente, casi a ciegas, apenas con escasas referencias para tratar de que se lea como la obra de un personaje único.

La idea de este juego fue de la escritora peruana Tilsa Otta, quien le propuso a 31 poetas de diversos países que le enviaran un fragmento libre, pero escrito en la voz de un personaje llamado F. Además, añadió algunas señas del tipo “si habla de una novia, esposa, etc., su nombre será Isabel” o “si habla de su mascota, su nombre será Bernardo”.

Como todo proyecto colectivo de cualquier índole, el resultado es bastante irregular. Pero su gracia recae no tanto en el conjunto terminado (que tiene momentos flojos, y otros enigmáticos y hasta iluminadores), sino más bien en el procedimiento lúdico que remite un poco al “cadáver exquisito” explorado por los surrealistas o a las experimentaciones del grupo OuLiPo, entre otras aventuras literarias. Asumido desde esa perspectiva, se hace bastante disfrutable.

El libro se presenta este jueves 17 de febrero, a las 7 p.m. vía Facebook Live:

”Crónicas covianas”

Autor: Renso Gonzales

Fanzine

Páginas: 16

Editorial: independiente

Enfundado en su mameluco espantavirus, el ilustrador Renso Gonzales ha confeccionado este fanzine que registra varias escenas cotidianas de la pandemia. Lo hace sin intenciones grandilocuentes, a ras del suelo, observando al personaje de al lado como a un igual: la tensión por un posible contagio dentro del transporte público, la desconfianza por el uso de la mascarilla, la presión generada sobre la salud mental, y hasta las terribles condiciones que generó el COVID-19 en los grupos menos favorecidos.

Como señala Sandra Suazo en el texto introductorio, “cada viñeta implica una mirada desde la posición del temor, hasta una amenaza, desde la contradicción también; pero una mirada que no deja de expresarse, que encuentra en el trazo una suerte de salida catártica, ancla contra la ansiedad, la tristeza y el enojo”. Y, en efecto, las crónicas de Gonzales nos interpelan porque hablan de una realidad que aún no superamos y que quizá haya llegado para quedarse por siempre.

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