Marc Anthony en Lima: potencia y simplicidad para un show más del boricua | CRÓNICA

Casi cerrando el año, los últimos conciertos en el país traen a los artistas que reservan espacios en sus agendas para venir a Perú. El “Viviendo Tour” es la nueva gira de conciertos del puertorriqueño Marc Anthony. Un caserito de los estadios peruanos que siempre funciona. Y el Estadio Nacional, pasada la fiebre futbolera de la selección peruana (jugó en septiembre, octubre y noviembre allí), podía volver a ser un escenario de los mejores conciertos. Anoche fue más o menos así.

Con la vestimenta colorida y una banda que suena muy bien, Mauricio Mesones hizo su aparición a las 8 de la noche. Con su “Cumbia del amor”, el artista peruano hace un repaso tropical a su trayectoria de solista y a los temas emblema de la cumbia amazónica peruana. Mucha prolijidad en un show, corto en duración pero efectivo en comenzar a mover al público.

Deyvis Orozco y el grupo Néctar también tuvieron espacio entre los teloneros. El ‘bomboncito de la cumbia’ entre bailes, micrófonos y visuales llenos de color, conquista también al público que vino a ver salsa, pero también se puede vacilar con cumbia. “No te creas tan importante”, “Ojitos hechiceros” y el himno “El Arbolito” fueron lo más destacado de su presentación, que se extendió por aproximadamente media hora.

Luego sería el turno del primer artista internacional: Prince Royce. El nacido en el Bronx, pero de origen dominicano, regresaba al Perú después de 7 años e hizo un repaso por su carrera que ha navegado principalmente entre la bachata y el género urbano gracias a los temas que compartió con figuras del reggaetón. “Corazón sin cara”, “Sensualidad” y “Las cosas pequeñas” fueron las más coreadas por el público. Mientras que el cierre de su presentación, previa subida al escenario de tres afortunadas fans que cantaron y bailaron junto a su artista favorito, llegó con “Darte un beso”, tema de hace una década que sigue siendo el más representativo del cantante.

EL TURNO DE MARC ANTHONY

Poco después de las 11 de la noche y con un público que se impacientaba por un ligero retraso en los horarios previstos, Marc Anthony hacía su enésima aparición en el Nacional. Un lugar que ha sido testigo de épicas presentaciones del boricua, que siempre vuelve y llena el estadio, como si fuera una cosa menor.

Del flaco cabello largo, pantalón y camisa beige que se presentaba en Nubeluz o cualquier otro programa de inicio de los 90 en la televisión peruana, queda poco. Queda su voz, esa que hace que “Y hubo alguien” (tema lanzado en 1997) suene muy similar a cuando sonaba hace más de 25 años en todas las radios nacionales.

El cantante de 55 años interactúa poco, pero con efectividad. Baila y dirige su orquesta en cada tema, demuestra su poderoso registro vocal en casi todas sus canciones. “Hasta que te conocí”, cóver de Juan Gabriel y “Hasta ayer” (un casi bolero de inicio de los dosmiles) son de las que más constancia dejan de esa fuerza del flaco Marc.

Agradece a su público siempre que puede, pide ayuda en los coros de sus temas más emblemáticos como “Valió la pena”, “Flor pálida” o “Te conozco bien”. Los miles de asistentes acompañan al boricua en la totalidad de sus canciones. Puro hit mezclado con algunas canciones hechas en el último quinquenio “Pa’llá voy”, “Mala” y “Parecen viernes”.

Hay una cosa que hace único a Marc Anthony. Puede venir una o dos veces por el año, en el estadio que usted quiera de la capital, y siempre va a llevar decenas de miles de personas. Cambia unas cuantas canciones de su setlist comparado a su último show y listo: un cóver, las antiguas que siempre funcionan, las clásicas de hoy y las románticas también. En 12 canciones también se puede hacer un show de hora y media. Y todos regresan felices a sus casas, porque el cierre (como es usual en los últimos años) vino con “Vivir mi vida”. Salsa, sabor y fiesta para un público peruano entregado -como siempre- al boricua que encuentra en nuestro país su lugar feliz.