¿Por qué hablamos de Navidad si ya estamos en enero? Puede que al momento de leer este artículo sienta que hay un desfase o un error de publicación. Nada de eso, en estos momentos unos 300 millones de cristianos en Europa, África o América recién están recibiendo una de las festividades más importantes en el calendario litúrgico. El nutrido grupo pertenece a la iglesia ortodoxa, una de las 41 mil organizaciones que conforman el cristianismo en el mundo.
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La misma iglesia ortodoxa se divide a su vez en unos 15 patriarcados, la mayoría de ellos han considerado el 6 y 7 de enero del calendario gregoriano como Nochebuena y Navidad respectivamente. Esto se debe a que a diferencia de la mayoría del mundo occidental, ellos aún se rigen bajo el calendario juliano.
En 1582, el papa Gregorio XIII instauró el calendario que utilizamos actualmente en la mayor parte del mundo, el mismo que pasó a llamarse gregoriano y que reemplazó el hasta entonces masivo calendario juliano, bautizado así por su creador: el comandante romano Julio César, en el siglo I a.C.
Al momento del cambio, además, se produjo un desfase que “borró” 13 días -del 4 al 16 de octubre de 1582-, medida necesaria para que las fechas litúrgicas importantes cuadraran según el deseo de la Iglesia.
Con el paso de los años, la iglesia cristiana ortodoxa se fue estableciendo en diferentes países, como Grecia, Chipre, Bulgaria o Rusia, por lo que sus fieles tuvieron que emplear los dos calendarios: el gregoriano para uso civil y el juliano para eventos litúrgicos.
Es decir, en teoría, para los ortodoxos que se rigen bajo el calendario juliano hoy recién es 25 de diciembre. “Los ortodoxos mantenemos el uso de un calendario civil para las cosas del mundo, y otro eclesiástico para mantener las tradiciones originales de los creyentes en Cristo”, escribió Gonzalo Xavier Celi, de la iglesia Ortodoxa de Ecuador, en la página de la congregación, según un artículo de la BBC.
Pero las diferencias navideñas entre el cristianismo ortodoxo y las otras ramas cristianas van más allá de la fecha en la que se celebran. Para comenzar, no hay regalos. La mayoría entrega los presentes el 19 de diciembre, en el día de San Nicolás, o en vísperas del Año Nuevo.
Además, la Navidad ortodoxa está precedida por un ayuno de 40 días que culmina con la aparición de la primera estrella durante la Nochebuena. Luego, se celebra una cena en la que 12 platos simbolizan a los apóstoles de Jesús y en la que no se puede incluir carne -excepto la de pescado- ni bebidas alcohólicas.
La Navidad se recibe con una misa de medianoche y un almuerzo que suele tener un lechón o un ganso como protagonista de la mesa.
Esta diferencia en las fechas, además, hace que el Año Nuevo se celebre del 13 al 14 de enero del calendario juliano, mientras que la Epifanía -o Bajada de Reyes-, que se festeja cada 6 de enero en el cristianismo que sigue al calendario gregoriano, se lleva a cabo el 19 de enero por los ortodoxos.