Los manifestantes de la oposición queman neumáticos durante una protesta para exigir la salida del presidente de Haití Jovenel Moise. (Foto de Valerie Baeriswyl / AFP).
Los manifestantes de la oposición queman neumáticos durante una protesta para exigir la salida del presidente de Haití Jovenel Moise. (Foto de Valerie Baeriswyl / AFP).
/ VALERIE BAERISWYL
Redacción EC

La resistencia del actual presidente Jovenel Moise por ceder el mando de , constituye apenas el último capítulo en la histórica línea de inestabilidad política del país más pobre de Latinoamérica. Su decisión no solo ha provocado una nueva ola de protestas sino también que la oposición nombre a un presidente interino, dejando al país con dos mandatarios.

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Tras ser electo en el 2016 con apenas 600.000 votos en un país de 11 millones de habitantes, múltiples acusaciones de corrupción, un incremento del 200% en las tasas de crimen y secuestros dentro de Haití, además de ser acusado como propiciador de la violencia, múltiples marchas se han venido realizando durante los últimos años en contra del gobierno y del actual presidente.

La gota que colmó el vaso llegó este 7 febrero, fecha en la que según la Constitución Haitiana concluía su mandato. Sin embargo, Moise se negó a dejar el cargo, lo que derivó en una nueva oleada de protestas y represiones violentas.

El presidente alega que su mandato realmente termina en febrero del 2022, debido a que no pudo asumir el cargo hasta el 2017 debido a las protestas callejeras que en ese momento vivía el convulso país.

En respuesta, la oposición ha nombrado como presidente interino a Joseph Mercene Jean-Louis, de 72 años. Ante este hecho, Moise ordenó la jubilación inmediata de Jean Louis.

El último domingo, Moise anunció que hasta la fecha la policía del país ha arrestado a más de 20 personas y, además, acusa a los arrestados de un intento de asesinato en su contra.

El actual mandatario los acusa también de intentar derrocar a su gobierno, e incluye a un juez de la Corte Suprema que cuenta con el apoyo de los líderes de la oposición, de exigir su renuncia.

“Hubo un atentado contra mi vida”, cuando se encontraba en el aeropuerto Port-au-Prince rumbo a la inauguración del carnaval anual en la ciudad costera Jacmel ubicada al sur de Haití. El mandatario se encontraba resguardado por el primer ministro del país y el jefe de la policía.

La inspectora general de la policía de Haití, Antoinette Gauthier, fue acusada por el ministro de Justicia, Rockefeller Vincent, de estar en contacto con altos funcionarios de seguridad en el Palacio Nacional planeando un complot para arrestar al presidente Moise.

Uno de los principales líderes de la oposición, Andre Michel, pidió que Moise fuera arrestado después de lo ocurrido en las protestas, sin embargo, este pedido fue negado ya que el presidente tiene inmunidad automática.

En total, los jueces Yveckel Dieujuste Dabresil, Wendelle Coq Thelot y Joseph Mecene Jean-Louis, a quienes la oposición ha designado como posibles candidatos interinos y quienes consideran que el mandato del presidente Jovenel Moise finalizó el domingo pasado, han sido detenidos y acusados de un intento de golpe de Estado, además de ser forzados a retirarse de sus cargos.

Los arrestos se produjeron el mismo día en que los líderes de la oposición afirmaron que Moise debería renunciar a su cargo. Por su parte Moise indica que su mandato de cinco años termina en febrero del 2022, cuando en realidad fue nombrado como presidente provisional en el 2016, sin embargo, él afirma que fue en 2017 cuando asumió su actual cargo.

Los militares anunciaron que se mantendrán fieles a Moise, quién refundó las fuerzas armadas en el 2017 tras 20 años de haber sido disueltas por el entonces presidente Jean-Bertrand Aristide.

Al parecer Moise tiene el apoyo del presidente Joe Biden. Ned Prince, vocero del Departamento de Estado de Estados Unidos afirmó que Haití debe organizar elecciones libres después que acabe el mandato de Moise en febrero del 2022.

Moise disolvió en enero del 2020 la mayoría del Parlamento después que no se celebraran elecciones legislativas, también está planeando un próximo referéndum constitucional que le otorgaría más poder.

La crisis constitucional que se está gestando llega inmediatamente después de un repunte en la delincuencia impulsada por las pandillas, incluidos los secuestros para pedir rescate.

Moise rechazó durante una conferencia de prensa las acusaciones en su contra que lo catalogan como dictador. “No soy un dictador. Los dictadores son personas que toman el poder y no saben cuándo se van. Sé que mi mandato termina el 7 de febrero de 2022”, aseveró.

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