"Me encuentro bastante bien, considerando todo lo que ha pasado", comentó Mark Lippert en una rueda de prensa al salir del hospital, en la que calificó como "aterrador" el suceso ocurrido el pasado jueves cuando el activista le atacó por la espalda y le cortó la cara y las manos.
El embajador Mark Lippert aseguró que regresará al trabajo lo antes posible y renunció a hablar sobre posibles cambios en su seguridad personal.
En línea con sus comentarios en Twitter de los últimos días, rompió una lanza en favor de las relaciones con Seúl al afirmar: "nos hemos marcado como misión ser abiertos y amables, y eso no va a cambiar".
Lippert, de 42 años, recibió más de 80 puntos de sutura por las heridas que sufrió en cinco lugares diferentes, la más grave una incisión de 11 centímetros de largo y tres de profundidad desde la mejilla derecha hasta la barbilla.