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Redacción EC

La Paz. Policías que custodian los exteriores del palacio presidencial en La Paz se replegaron el sábado a sus cuarteles y los manifestantes ingresaron pacíficamente hasta las puertas de la casa de gobierno en medio de una crisis policial que estalló la víspera. El presidente no estaba en su despacho.

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Los policías se replegaron en una unidad de esa fuerza cercana a la plaza Murillo, donde se encuentran las sedes del Gobierno y el Legislativo bolivianos, un día después de que los uniformados en varias regiones se amotinaran.

Canales de televisión mostraron a numerosos policías llegando a la sede de la Unidad Táctica de Operaciones Policiales (UTOP), en cuya puerta fue colocada una bandera boliviana.

“Es motín, no es acuartelamiento”, dijo uno de los uniformados de la Policía Boliviana en La Paz, que formó parte de una numerosa columna de uniformados que esta mañana se replegaron hasta dependencias de la UTOP, en plaza Murillo, de acuerdo con el diario “El Deber”.

La crisis política derivada de las polémicas elecciones del 20 de octubre, en las que el presidente Evo Morales se declaró ganador en medio de señalamientos de fraude, detonó un motín policial en varias regiones la noche del viernes.

Los funcionarios fueron evacuados del edificio, que sólo quedó bajo custodia de la guardia presidencial militar en sus interiores. Minutos después los manifestantes abandonaron la plaza de armas y se apostaron fuera de las barras de protección.

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El sábado más policías se replegaban a sus cuarteles y no había patrullaje en las calles. Los amotinados reclaman mejoras salariales, mejores condiciones de trabajo y la renuncia de su comandante. En uno de sus pedidos demandan “independencia política para no ser instrumento de ningún gobierno”.

No hubo declaraciones de inmediato de las autoridades.

AFP.
AFP.

- Un líder inesperado -

Bolivia llegó a los comicios con la oposición dividida en ocho candidatos, aunque muchos electores se fijaron en Mesa como única opción para sacar a Morales, quien buscó un cuarto mandato luego de casi 14 años en el poder.

Sin embargo, en la etapa poselectoral nuevamente los partidos políticos quedaron en el limbo.

Surgió entonces el liderazgo del empresario y abogado Luis Fernando Camacho, de 40 años, jefe de esa añeja entidad de Santa Cruz que promueve el federalismo y alineada en la derecha radical.

Camacho articuló un discurso en Santa Cruz que pronto repercutió en las clases medias altas y altas de La Paz, centro del poder político.

Pero la líder de la organización feminista Mujeres Creando, María Galindo, afirma que Camacho no las “representa” pues pertenece a “un pequeño círculo oligárquico” y porque “luchar por la democracia no es luchar por el fascismo”.

- Alianza variopinta -

Histriónico y locuaz, Camacho logró sumar aliados, entre ellos el Conade, un colectivo de dirigencias civiles encabezado por el rector de la estatal Universidad Mayor de San Andrés, Waldo Albarracín, un izquierdista moderado, que tiene ascendiente entre los estudiantes.

Además, pronto se unieron a Camacho sectores que quieren la cabeza de Morales: sindicatos de maestros troskistas, de médicos con liderazgo de centroderecha o de cocaleros desplazados.

Aunque Camacho estuvo inicialmente cerca de Mesa, pronto rompió con él. “Nos dimos cuenta que estábamos apoyando a una persona que buscaba su propio interés”, afirmó.

“Nosotros hemos asumido una posición totalmente ciudadana, apolítica, no defendemos a ningún candidato, defendemos el voto del pueblo”, justificó Camacho.

El empresario Samuel Doria Medina, líder de Unidad Nacional, derrotado dos veces por Morales en las elecciones de 2005 y 2009, abogó por Mesa.

“Le decimos al amigo Camacho que respetamos lo que ha hecho hasta aquí, pero comete un error al atacar a Mesa y la oposición política. No es tiempo de pelear”, tuiteó.

Mesa reaccionó también en Twitter: “No voy a confrontar con @LuisFerCamachoV porque eso sólo beneficiaría a la permanencia del dictador (Morales). La unidad de la oposición democrática hoy es imperativa”.

Tras ir radicalizando su discurso, ahora Camacho quiere hacer firmar a Morales una carta de renuncia a la presidencia.

- Evo no cede -

A pesar de que el clima de agitación está en escalada -incluso con sus aliados mineros de Potosí (suroeste) avanzando hacia La Paz para intimarle a renunciar-, Morales no muestra señales de dar el brazo a torcer.

Por el momento, a pesar de los motines policiales, los militares han permanecido en sus cuarteles ajenos a los pedidos de grupos civiles para que desalojen a Morales del poder.

Solo quedan 75 días para el fin del actual mandato constitucional de cinco años de Morales, quien aspira a tomar posesión para el nuevo periodo 2020-2025 el próximo 22 de enero.

“La derecha que dice: ‘Evo tiene que renunciar’. Quiero decirles a ustedes, hermanos, a Bolivia y al mundo, no voy a renunciar, somos electos por el pueblo, respetamos la Constitución”, dijo el gobernante en uno de sus discursos habituales.

“Y cuando dicen: ‘que renuncie’, es el golpe de Estado”, sostuvo.

Fuente: Con información de EFE / AP / AFP

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