Chile-Perú: sueños de integración, por Juan Eduardo Errázuriz
Chile-Perú: sueños de integración, por Juan Eduardo Errázuriz

Hace  pocos meses, con ocasión del APEC CEO Summit Lima 2016, se celebró la reunión del Consejo Empresarial Chileno-Peruano, donde se acordó que la integración fronteriza es decisiva para avanzar en el desarrollo comercial, económico y social conjunto, especialmente de esas zonas con intereses y necesidades comunes.

Teniendo como norte concretar la integración de dos naciones que anhelan un real progreso, el Consejo Empresarial Chileno-Peruano se ha reunido en Tacna, con motivo del Primer Encuentro de Autoridades y Empresarios Tacna-Arica, para comprobar en el terreno las necesidades de quienes habitan esta zona.

Se trata de una iniciativa desarrollada por el consejo, apoyada por Cómex-Perú y Sofofa, cuyo comité ejecutivo de esta última se encuentra en Arica, buscando conocer en el  terreno la realidad regional, las necesidades de sus asociados y las oportunidades de desarrollo comercial y de negocios que ofrece.

Según cifras del 2016, seis millones de personas atraviesan anualmente la frontera entre Arica y Tacna, tardando hasta cuatro horas en un trámite de doble registro de Aduanas y migración.

Desde el ámbito público y privado, son enormes las potencialidades que puede abrir esta integración para nuestros países.

El sueño de integrar a Chile y el Perú, sus gentes, sus costumbres y sus economías, fue lo que animó al Consejo Empresarial Chileno-Peruano a solicitar a nuestros gobiernos que nos acompañen en esta tarea, uniendo a las ciudades fronterizas de ambos países mediante un tren moderno, que cuente con las frecuencias requeridas y que sea la primera etapa de una futura extensión del ferrocarril hasta Arequipa (norte) e Iquique (sur).

Junto con la promoción del desarrollo y modernización del tren Arica-Tacna, creemos importante avanzar en la integración de las Aduanas. El desarrollo del comercio y la misma sociedad requiere agilizar los tiempos de traslado y simplificar la tramitación aduanera y migratoria.

La integración de ambos países también nos presenta otros desafíos relevantes. Como dijo el ministro de Energía de Chile, nuestros países tienen la oportunidad de afianzar los lazos andinos a través de la energía. Y citándolo, un buen comienzo sería concretar el empalme de Tacna y Arica, por ser ciudades fronterizas de alto intercambio, y que se beneficiarían por una mayor seguridad de suministro eléctrico.

Solo se requiere afianzar y consolidar nuestra voluntad política y nuestro deseo común de hacer historia con esta ruta eléctrica entre el Perú y Chile.

Hacia adelante, avizoramos múltiples oportunidades que debemos aprovechar adecuadamente para avanzar en el desarrollo de  iniciativas sociales y económicas que generen trabajo y bienestar para chilenos y peruanos.

A modo de ejemplo, entre los privados de ambos países de la industria turística hay trabajo avanzado para crear proyectos conjuntos de rutas turísticas, un “turismo compartido”, que tiene entre sus objetivos la creciente demanda china. En el 2016, cerca de 120 millones de chinos viajaron al exterior. El Perú y Chile fueron el destino elegido por solo 40 mil de ellos. Por tanto, la integración turística, a través de programas compartidos para visitar Chile y el Perú, con sus atractivos naturales, puede abrirnos opciones que significarían más inversión y empleo permanente para nuestros países.

Las oportunidades existen. Soñemos en grande. El anhelo mayoritario es seguir complementándonos y profundizando los lazos comerciales entre ambos países, de modo que logremos ser naciones desarrolladas. Desde ya, el Consejo Empresarial Chileno-Peruano tiene un profundo compromiso con el desarrollo económico y social de ambos países, en el marco de una sólida relación bilateral y de inserción conjunta en la Alianza de Pacífico y la economía global.