Debate: ¿Lidera Ana Jara el gabinete?
Debate: ¿Lidera Ana Jara el gabinete?
Redacción EC

A FAVOR

La firmeza de la premier, por 

Congresista de la República por Gana Perú

Frente a los constantes intentos por desestabilizar al Gobierno con denuncias no muy claras sobre reglajes y demás, la primera ministra, , está demostrando su capacidad para conservar el equilibrio y la armonía en el Gobierno con actos concretos y reacciones inmediatas ante las dudas que pretenden sembrar los cargamontones de la oposición. Como vocera oficial del Gobierno, el deslinde que ha realizado sobre prácticas reprensibles propias del pasado ha sido tajante. El anuncio del inicio de las investigaciones evidencia el liderazgo con el que asume el ‘premierato’ al estar siempre un paso adelante, comprometida, como toda demócrata, por garantizar el manejo trasparente de las instituciones.

Ana Jara es una primera ministra con experiencia. Con más de tres años en el Gabinete en diversas carteras, ha logrado desarrollar una habilidad concertadora reconocida por todas las fuerzas políticas, porque ha sabido mantener las posiciones del oficialismo con madurez y respeto a las discrepancias, con otros proyectos políticos, relevando siempre la necesidad de trabajar en los grandes objetivos nacionales. Su condición, además, como congresista la fortalece en su relación con el Legislativo y le ha permitido asumir un liderazgo no tradicional, dejando atrás las figuras de escuderos contestatarios por el ejercicio de un liderazgo conciliador y de intermediación que en esta coyuntura no solo es importante sino trascendente para el país. 

En momentos como estos, en los que el Perú enfrenta retos en un contexto internacional con países amenazados por la crisis económica debido a la caída de las grandes potencias, se requiere un ambiente de estabilidad institucional y política para tomar las mejores decisiones que permitan gobernar atrayendo inversiones responsables que promuevan el crecimiento económico y desarrollo social. Ana Jara tiene el carácter y la fuerza para hacerlo, tiene el carácter que imprime en sus actos y en su personalidad decidida para conservar la gobernabilidad y continuidad de las políticas públicas que necesitamos los peruanos.

Es obvio que para coordinar intersectorialmente en el Gabinete y tender puentes con otros poderes del Estado, Ana Jara ha sabido traducir en acciones la visión del gobernante. Es justamente en ello en lo que radica una de sus principales fortalezas: cuenta con la confianza del presidente, , y mantiene una relación con la fluidez necesaria para emprender los grandes proyectos que tiene nuestro país encaminado a retomar el liderazgo regional. El temple de nuestra primera ministra ha dado respuestas firmes incluso en situaciones producidas por ligerezas o excesos de miembros de su Gabinete haciendo llamados al orden, pero, sobre todo, al diálogo y a la ponderación. 

Por ello, resalto el desempeño de Ana Jara como política, dirigente y primera ministra, al haber demostrado en muchas oportunidades que cuenta con las cualidades suficientes para ejercer el liderazgo proactivo y ponderado que requiere nuestro país. No son necesarios los aspavientos ni los fuegos artificiales cuando se trata de combatir a las mafias, a la corrupción o a la pobreza. Se trata de mantener una línea de conducta con honestidad, sensibilidad y carácter.

EN CONTRA

¿Se acerca el fin?, por 

Ex primer ministro

El presidente del Consejo de Ministros tiene como misión coordinar y articular la política general del Gobierno de modo concertado para contribuir al desarrollo del país. Para ello, es fundamental que quien sea elegido jefe del Gabinete tenga realmente un liderazgo político, que le permita conducir con éxito las decisiones gubernamentales. 

La actual primera ministra, , se encuentra en su momento más difícil porque no parece entender la gran responsabilidad que ostenta. Ella apareció en la escena política fungiendo de “defensora” de y haciéndose simpática al poder de turno. Fue tomando protagonismo por su exposición mediática durante su gestión como ministra de la Mujer y Poblaciones Vulnerables, pese a que no hizo reformas importantes en el sector. Asimismo, su corta labor frente al Ministerio de Trabajo no le permitió alcanzar grandes logros. Hoy, como cabeza del Consejo de Ministros, le ha faltado mayor iniciativa para llevar a buen puerto las políticas de gobierno. 

Su rol parece pasarle factura en la actual crisis, generada por la dación inconsulta del nuevo régimen laboral juvenil o ‘ley pulpín’. ¿Qué dice Jara sobre el conflicto generado? ¿Por qué no convocó a los diversos sectores en juego para debatir la norma y darle una mejor salida al conflicto? Contrario a ello, ha permitido que los principales promotores y defensores de la ‘ley pulpín’ sean el Ministerio de Economía y Finanzas y el de la Producción y no el de Trabajo. Segura y Ghezzi han logrado encender aun más la pradera con su férrea defensa de una ley políticamente muerta. Su autoridad debería evitar que las funciones se desvirtúen.

El ‘premierato’ ha tenido un débil manejo en el comportamiento del ministro del Interior, Daniel Urresti, cuyos comentarios fuera de lugar dejan muy mal parada su investidura. ¿Por qué Jara no puede evitar este comportamiento del titular del Interior? Va de insulto tras insulto con líderes de la oposición, periodistas y otros personajes. ¿Qué espera ella para solicitar orden y moderación a los protagonistas políticos del Gabinete?

Pero el caso más preocupante, en que se muestra la pérdida de brújula de Jara, es la grave denuncia de reglaje contra opositores políticos al Gobierno. Ella aparece sorprendida con una denuncia que la deja sin mayor capacidad de reacción y no convence con sus declaraciones. Es tan grave el daño recibido que ha tenido que salir el presidente de la República, Ollanta Humala, a deslindar con este caso y comprometer la mayor transparencia posible en las investigaciones.

El débil manejo de Jara de las diversas crisis que hoy golpean al Ejecutivo la ubican como una primera ministra sin la fuerza necesaria para darle un respiro al Gobierno que cada semana se ve envuelto en una y otra denuncia. ¿Habrá llegado el fin de su mandato? Estamos ante un escenario en que los intereses personales pueden originar un serio desgobierno. 

Esta crisis podría crear una oportunidad para legitimar su ‘premierato’ si ella llamara a la cordura y al diálogo y le propusiera este camino a las fuerzas políticas con el único objetivo de mejorar la gobernabilidad frente al proceso político electoral de cara al 2016 que los peruanos debemos afrontar.

Un gran reto para Ana Jara.