Fernando Hoyos

El desarrollo de las clases virtuales durante la pandemia y posteriormente puso en evidencia una notable influencia de las de la información y comunicación en la . Dichas tecnologías propiciaron cambios disruptivos en el proceso de enseñanza-aprendizaje y el sistema de evaluación. Cambios ocurridos en función del nivel de articulación entre los conocimientos, las experiencias didácticas, los materiales educativos y la tecnología, en un ambiente de autonomía, innovación y rapidez de adaptación.

En este contexto, donde el estudiante convive de manera natural con un entorno de infinitas posibilidades de acceso al conocimiento, en su mayoría digitalizado, la tecnología basada en , como el ChatGPT, sin duda jugará un rol cada vez más preponderante en el proceso educativo. No se trata de negar su uso, como en el pasado ocurrió con la calculadora en la enseñanza de la ; tampoco de mantener nuestra función docente distanciada y de espaldas a esta nueva tecnología; por el contrario, es necesario apoderarnos de esta para mejorar y facilitar la experiencia de aprendizaje de nuestros estudiantes.

Hoy en día es impensable estudiar una asignatura de estadística sin el uso de un programa informático como SPSS, Minitab, Excel, entre otros. De la misma manera, cada vez se enfatiza el uso de una calculadora científica para el aprendizaje de la geometría, de funciones matemáticas, del cálculo diferencial e integral, etc. Pero la aplicación de la inteligencia artificial en la educación está creando cada día un andamiaje de oportunidades para el aprendizaje y la docencia, con resultados impredecibles hasta ahora. Por eso, es válido suponer que su uso apropiado mejorará sustantivamente el rendimiento académico de los estudiantes.

Así, las múltiples y crecientes aplicaciones del ChatGPT permiten prever que estamos ante nuevos cambios disruptivos en el proceso de enseñanza-aprendizaje de la matemática. Por consiguiente, será necesario repensar la pertinencia de los contenidos matemáticos en las diferentes asignaturas, la eficacia de las estrategias didácticas, las mejores prácticas de evaluación, alternativas de formación docente. Urgen espacios de reflexión y diálogo, de socialización de experiencias docentes encaminadas a mejorar el desarrollo de las competencias matemáticas de los estudiantes; es decir, que estos sean capaces de utilizar las diferentes herramientas tecnológicas para resolver problemas contextualizados. Un espacio para abordar estos temas es el XVI Congreso Interamericano de Educación Matemática (Ciamen), que se realizará en Lima, del 30 de julio al 4 de agosto, en la Universidad de Lima.

La pregunta que queda en el tintero para los docentes es: ¿estamos preparados para asumir los cambios que nos depara la creciente aplicación de la inteligencia artificial en la educación?

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Fernando Hoyos es director del Programa de Estudios Generales de la Universidad de Lima