A pedido del cliente, por Patricia Majluf
A pedido del cliente, por Patricia Majluf
Patricia Majluf

En las últimas semanas vivimos una interesante discusión respecto al estado de la población de y si se debió permitir o no una segunda temporada de pesca este año. Considerando que existe una alta probabilidad de que el llegue a ser igual o más fuerte que el de 1982-1983 (en su momento el más fuerte registrado en 400 años), esta discusión es más que pertinente.

El año pasado no se autorizó la segunda temporada de pesca porque el encontró un nivel de biomasa de anchoveta muy bajo, de tan solo 1,45 millones de toneladas métricas. Después del mal año, la industria esperaba que en este les fuera mejor. Por eso, desde inicios de setiembre ya se hablaba de relajar las reglas y adelantar la temporada de pesca a octubre para pescar antes que la anchoveta se disperse y escape de las aguas cálidas que trae El Niño. Sin embargo, el crucero que realizó el Imarpe en setiembre encontró solo 3,38 millones de toneladas, cantidad insuficiente para reabrir la pesca. 

Pero, más grave aun, crucero no solo encontró poca anchoveta, sino que esta se hallaba en mala condición física, baja en grasa. Además, su reproducción estaba retrasada, había una alta proporción de juveniles (debajo de la talla adulta) y estos y los reproductores se encontraban además muy concentrados, refugiándose en las aguas cerca a la orilla, donde es muy fácil pescarlos. Estas condiciones se mantienen hasta ahora.

Esta situación, de alto riesgo para la anchoveta, normalmente hubiera sido motivo suficiente para no abrir la temporada de pesca. No obstante, ansiosa por pescar, la industria cuestionó los resultados del crucero y ejerció presión para que se realicen evaluaciones adicionales, aduciendo que los resultados del crucero de invierno subestiman la biomasa existente.

Ante el pedido de la industria, el Imarpe accede a nuevas evaluaciones hasta que finalmente se obtiene una cifra con la que se justificó la pesca. Aun así, en sus reportes no deja de advertir sobre la situación de alto riesgo en que se encuentra la anchoveta y recomienda que se tomen medidas de extrema precaución para protegerla. Recordemos que muchas otras especies de interés comercial y el ecosistema del que también son parte dependen de la salud de la población de anchoveta.

Hoy se abre la temporada de pesca y existe el riesgo de que la flota industrial salga a la carrera a pescar rápido lo que pueda, antes que El Niño disperse los cardúmenes de anchoveta y los ponga fuera de su alcance. Considerando que es muy posible que la población de anchoveta no sea tan grande como se piensa y estando la fracción más vulnerable de la población concentrada en las primeras 10 millas de la costa (donde es muy fácil pescarla), habría que tomar medidas extraordinarias para su protección.

Si se mantiene la decisión de pescar, lo mínimo que se debe hacer es no permitir a la flota industrial y la de menor escala pescar dentro de las 10 millas de la costa durante la presente temporada de pesca. Cerrar y proteger estrictamente esta franja costera permitirá resguardar más efectivamente a la anchoveta y a las otras especies de peces costeros que también se encuentran expuestos a la pesca industrial en esta zona.