¿Y la política exterior?, por Gonzalo Bonifaz Tweddle

El JNE ha dispuesto que los planes de gobierno deben considerar los ejes establecidos en el Plan Bicentenario, el cual contiene, en el eje estratégico Estado y Gobernabilidad, un acápite relativo a las relaciones exteriores. Esto tiene su correlato en la Constitución, que establece que compete al presidente dirigir la política exterior y las relaciones internacionales, celebrar tratados, adoptar medidas para la defensa de la República, la integridad territorial y la soberanía del Estado, así como nombrar embajadores.

Vivimos interconectados, sea por voluntad propia o porque la fuerza de los eventos supera fronteras. Así, los fenómenos sociales han pasado a ser globales (comercio, transporte, migración, gobernanza de los océanos, recursos hídricos, cambio climático, tecnología, Internet, criminalidad, salud) y las respuestas a ellos por tanto requieren ser colectivas. Allí radica la necesidad de establecer condiciones que permitan un adecuado relacionamiento con todos los actores en la esfera internacional y una diplomacia capaz de afrontar estos desafíos. 

Expresiones en los planes de gobierno presentados como cumpliremos los compromisos internacionales, impulsaremos la integración, promoveremos los intereses económicos del Perú, incrementaremos la participación en foros políticos multilaterales, lucharemos contra el crimen transnacional o mayor presencia en la Antártida, no dicen mucho si no vienen acompañadas de una visión clara de lo que se persigue, así como de los objetivos y estrategias a partir de los condicionantes internos y externos que hacen a la política exterior.

Entre los que lideran las encuestas, el partido que más ha elaborado sobre la materia es Peruanos por el Kambio, con propuestas como pasar de una diplomacia reactiva a una activa, consolidar la integración fronteriza (establecer planes de desarrollo binacional fronterizo y gabinetes binacionales), elaborar un nuevo Libro Blanco de la Defensa Nacional, suscribir convenios para efectivizar la interdicción aérea, incrementar la participación en operaciones de mantenimiento de la paz (OMP), priorizar la Alianza del Pacífico, evaluar la ubicación de misiones en el exterior, ingresar a la OCDE, establecer el distrito electoral de peruanos en el exterior y la simplificación administrativa. 

Alianza para el Progreso propone una mayor internacionalización de empresas peruanas, celebración de acuerdos para evitar la doble imposición tributaria, mayor coordinación entre los sectores Relaciones Exteriores y Comercio, crear una fuerza de seguridad regional, e incrementar la participación en las OMP. Todos por el Perú propone la celebración de acuerdos para la eliminación de visados y para el intercambio de estudiantes, continuar y profundizar los acuerdos comerciales, promover la conectividad directa con Asia e incentivar el retorno de peruanos. Sin embargo, ambos partidos se han quedado en la generalidad en sus planteamientos. 

En el caso de Fuerza Popular y Alianza Popular aunque sus planes de gobierno también se han quedado en lo general y con un desarrollo minimalista, la experiencia de gobierno que han tenido (con reconocidos logros en materia de política exterior) nos puede dar un derrotero de su visión sobre el particular.

El embajador Carlos García Bedoya nos ofreció una conceptualización de la política exterior peruana que marcó el devenir de esta en las últimas cuatro décadas. Quien pretenda dirigir el país tiene el desafío de actualizar esa visión y presentar una propuesta concreta que permita conocer hacia dónde iremos los próximos cinco años.

Esperemos que se logre profundizar en estos temas y se incluya a la política exterior como un punto central del debate.