¿Protransporte o Protránsito?, por Luis Quispe Candia
¿Protransporte o Protránsito?, por Luis Quispe Candia
Luis Quispe Candia

En nuestro lenguaje cotidiano, generalmente no distinguimos entre transporte y tránsito, pero son conceptos distintos. Por su etimología, ‘transportar’ es “llevar a alguien o algo de un lugar a otro”. En cambio, ‘transitar’ es “ir o pasear de un punto a otro por las vías o parajes públicos”. Por otro lado, el “Diccionario de la lengua española” señala que el prefijo ‘pro-’ significa “en favor de” y “partidario de”.

Siendo así, asumimos que con ese noble propósito la Municipalidad de Lima constituyó Protransporte en el 2004, para ofrecer un transporte masivo seguro, moderno, competitivo, sostenible e integrado, en corredores segregados de alta capacidad (Cosac) y en corredores complementarios, a cargo de empresas privadas. Doce años después, de 16 millones de viajes diarios, este sistema ha llegado a su límite con 650.000 pasajeros, con 300 buses articulados y 222 alimentadores. Por su parte, la Línea 1 del Metro de Lima que ofrece el pasaje subsidiado, aún no se integra con el Metropolitano y solo atiende 350.000 viajes. En comparación, el Transantiago de Chile tiene 5.500 buses y desde el primer día opera integrado al metro.

El caos que impera en el transporte y tránsito en Lima crece como una espiral y llegará un momento en que será difícil de controlar si no se toman medidas urgentes. Del 2006 al 2016, solo en la capital, han sido emitidas 7’467.000 infracciones al transporte y tránsito. En ese mismo período, han ocurrido 617.549 accidentes y han fallecido 12.446 personas en sus calles, según estadísticas de la PNP.

Las principales causas han sido el exceso de velocidad, la imprudencia de conductores y peatones, y la ingesta de licor. Ello demuestra la absoluta carencia de cultura vial de los usuarios. Si sumamos también la deficiente señalización, la falta de semaforización, el abandono de la planificación urbana y el rediseño de la infraestructura, se generan congestiones vehiculares cada vez peores. Esto se agrava por la falta de coordinación de las autoridades comprometidas, la fiscalización laxa y las sanciones y multas nulas al amparo de la leguleyada.

Por lo señalado, transitar a pie o en vehículo por las calles de la ciudad resulta riesgoso y muy oneroso por la pérdida de horas hombre. Para enfrentarlo, el pasado 30 de diciembre la Municipalidad de Lima aprobó mediante el Decreto de Alcaldía 017 la creación de Protránsito, Proyecto Especial para la Gestión de Tránsito. Se trata de una entidad responsable de la formulación, ejecución, implementación y puesta en marcha de los estudios y proyectos que sean necesarios para lograr una adecuada gestión del tránsito. Asimismo, deberá asumir como prioridad el déficit de intersecciones semaforizadas (Lima apenas cuenta con 1.270), así como la instalación de cámaras y una auditoría de las señales verticales, horizontales y geometría de las vías, recomendando más y mejores espacios para el peatón. 

El reto no es pequeño. Lima cuenta apenas con 376 semáforos instalados con fibra óptica (lo que podría permitir que funcionen de manera “inteligente”). De ellos, 71 se encuentran en el corredor del Metropolitano. En el resto de la ciudad aún están dispersos semáforos con focos incandescentes, muchos con más de 40 años de antigüedad, a cargo de la Gerencia de Transporte Urbano. 

¿Protransporte o Protránsito? Ambas son necesarias, pero sería recomendable que el Gobierno Central declare en emergencia la movilidad urbana para replantear cambios al primero y dotar de recursos al segundo. De lo contrario, seguiremos esperando y mirando con sana envidia la capacidad de gestión de las autoridades de los países vecinos.