Janice Seinfeld

La primera estimación mundial sobre el consumo inadecuado de 15 sustancias fundamentales confirma que estamos frente a un problema global. Publicada en la revista de medicina “The Lancet Global Health”, en colaboración con la Escuela de Medicina de Harvard y la Universidad de California Santa Bárbara, el estudio señala que el 60% de la población mundial, equivalente a cinco mil millones de personas, no ingiere suficientes micronutrientes. Concretamente, el 67% no consume suficiente vitamina E; lo mismo le pasa al 66% con el calcio; al 65% con el hierro; al 60% con el yodo y al 53% con la vitamina C.

Esta carencia generalizada tiene “graves consecuencias para la salud mundial, especialmente en términos de salud materno-infantil, inmunidad y potencial humano en general”, recoge el documento.

La investigación fue liderada por Ty Beal, especialista técnico de la Alianza Mundial para la Mejora de la Nutrición, quien explicó al diario español “El País” que el estudio fue posible utilizando la información del Global Dietary Database, desarrollado por la Escuela de Ciencias de Nutrición de la Universidad de Tufts (Boston) y que incluye las cantidades y tipos de alimentos que comen las personas alrededor del mundo. Los investigadores la complementaron con otras bases de datos locales del Banco Mundial y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), y con encuestas dietéticas disponibles de 31 países. Luego contrastaron el contenido con las necesidades nutricionales y desarrollaron su propia base de datos, que incluye a 185 países y está en línea para “orientar otras investigaciones más específicas”.

Ya hace un par de meses, el informe “El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2024″ alertaba que entre 713 y 757 millones de personas podrían haber padecido hambre el año pasado –es decir, una de cada 11 personas en todo el mundo–. Además, que el 28,9% de la población mundial (2.330 millones de personas) padeció inseguridad alimentaria moderada o grave en dicho período. Es decir, que no tienen acceso regular ni permanente a alimentos en cantidad y calidad suficientes para sobrevivir.

En nuestro país, según la organización Banco de Alimentos del Perú (BAP), 17,6 millones de personas viven en inseguridad alimentaria. Además, el 47,6% de los alimentos que se producen se desechan. Esta organización sin fines de lucro lucha contra el hambre y el desperdicio de alimentos en el Perú, para lo cual fomenta la donación de alimentos e implementa proyectos de alto impacto en las comunidades para romper el círculo de la pobreza y la inseguridad alimentaria.

En entrevista con este Diario hace pocos días, el presidente del BAP, Leslie Pierce, declaró que, frente a la inseguridad alimentaria, lo mejor es que el Perú crezca económicamente a un ritmo adecuado. Y que eso “tiene que ver con el incremento de la inversión privada, porque lo único que va a generar empleo en el país es la inversión privada”. Coincido plenamente con él. Y, mientras eso ocurre, apoyemos la Alimentatón 2024, una campaña que el BAP lanza por cuarto año consecutivo y que esta vez espera recaudar 500 toneladas de alimentos en beneficio de 250.000 personas.

Como contó Pierce, desde el 2012 han recuperado más de 40.000 toneladas de alimentos desechados, que les permitieron brindar 200 millones de raciones y alimentar a más de 1′200.000 peruanos.

La Alimentatón 2024 empieza hoy y va hasta el 31 de octubre. Reciben donaciones de alimentos de empresas, restaurantes, hoteles, agroindustrias y ciudadanos de a pie. Pueden ser menestras, arroz, aceite, leche en caja, fideos y conservas de proteínas, como pollo y atún.

*El Comercio abre sus páginas al intercambio de ideas y reflexiones. En este marco plural, el Diario no necesariamente coincide con las opiniones de los articulistas que las firman, aunque siempre las respeta.

Janice Seinfeld es fundadora y presidenta del Directorio de Videnza Consultores

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