"La crónica de Mena", por Marco Aurelio Denegri
"La crónica de Mena", por Marco Aurelio Denegri
Redacción EC

En la Biblioteca Abraham Valdelomar, dirigida por Alberto Benavides Ganoza, se ha publicado la crónica de Cristóbal de Mena, La Conquista del Perú, una crónica de 1534.

El relato de Mena es el más inmediato a los hechos mismos, es el primero de todos y en él la verdad, como dice Raúl Porras, no ha tenido tiempo para ser deformada. Es además un relato espontáneo y no una versión oficial, como por ejemplo la de Xerez, adaptada necesariamente a las conveniencias políticas de la expedición y a la defensa de lo que se había hecho.

Hay una película de Chaplin, un película de 1925, titulada “Gold Rush”, vale decir, “En pos del oro”, o “La fiebre del oro”, o “La carrera en busca del oro”. Pues bien: la palabra que se repite más en la crónica de Cristóbal de Mena es oro. Los invasores se marearon cuando vieron tanto oro y se les despertó una codicia que podríamos caracterizar como bulimia áurea, un apetito insaciable por el oro. La divisa de los invasores era: Matarte he o matarme has (He de matarte o has de matarme.) Y claro que si no les daban el oro que pedían, entonces mataban, y lo hacían naturalmente por Dios y por el Rey.

Los españoles que llegaron por estos lares en el siglo XVI invadieron un territorio ajeno. Ésta es una mancha de origen, una mancha imborrable. El hombre es un animal territorial y no admite que invadan su territorio. Esta inadmisión no es cultural, no es producto de la Artificialeza o Cultura, sino de la Naturaleza; es innata y por eso mismo nos es inherente y consubstancial.

Siempre he dicho que lo peor de la Guerra con Chile no fue haberla perdido, porque al fin y al cabo usos de la guerra son vencer o ser vencido. La derrota, aunque amarga, no fue lo peor. Lo peor fue que los vencedores nos invadieron y ocuparon Lima durante casi tres años. Esa ocupación fue más oprobiosa que la derrota militar que sufrimos.

El doctor Porras, hablando de la llegada de los españoles, nunca dijo que eran invasores, siempre dijo que eran conquistadores, y aunque reconocía la crueldad de éstos, le restaba importancia, aduciendo que los incas eran más crueles. Curiosa manera de argumentar.

En la página 20 de su libro sobre Pizarro, Raúl Porras dice:

“Si la alevosía existió por ambos lados, la crueldad que tanto se recrimina a Pizarro fue muy inferior a la que con él pensaban usar sus enemigos.” 

No bien leí esto, díjeme para mis adentros que Porras había cometido un error, ya que no se puede comparar una cosa hecha con un cosa que supuestamente se pensaba hacer, pero no se hizo. No es dable la comparación de una fáctum con un proyectum.